450 caballos era la cifra que alcanzaba el Porsche 959, en realidad un 911 pero elevado a la máxima potencia. Sin embargo tal derroche no convertía a este modelo en inconducible, tal como habíamos podido comprobar en la primera prueba con este 'misil' que habíamos podido realizar en el legendario circuito de Nürburgring.