Al legendario Volkswagen Golf le salían, tal como ocurre en la actualidad, rivales por doquier. En concreto, la versión de 16 válvulas del alemán tenía que verse las caras con el Escort RS, que recurría al turbo para ofrecer similar potencia y prestaciones acordes a las del Golf. Sin embargo, el creador de la estirpe GTI mantenía la supremacía.