Esta familia espera expectante a ver cómo el pequeño de la familia abre los regalos. El primero de ellos se lo entrega su abuelo, un skate. El segundo, que recoge de manos de su padre, una guitarra eléctrica, y por último, en la caja que le da su madre encuentra un mando de un coche teleridigido con una nota para él. Al asomarse ve un Lamborghini e intenta pilotarlo desde el balcón, pareciendo que lo hace, hasta que el piloto detiene el coche y parece invitar al niño a subirse con él, el cual sale corriendo. El lema final es que las emociones inesperadas (sorpresas9 son mejores que los regalos.
Y es que, Lamborghini es una marca que consigue transmitirnos cosas con el simple hecho de ver, escuchar o por supuesto, pilotar uno de sus exclusivos modelos.