El Citroën C5X recupera el espíritu innovador con el que la marca francesa ha ido sorprendiendo al mundo a lo largo de la historia. Un espíritu -presente en este nuevo modelo- que le ha dado para crear coches inolvidables, conceptos rompedores e innovaciones sin las que hoy no entenderíamos el automóvil tal como es en la actualidad. En los últimos años tal vez ese espíritu se hubiera ido desdibujando, con lanzamientos en los que ese carácter disruptivo no estaba presente.
Pero parece que la inspiración vuelve a coger velocidad de crucero en los equipos de desarrollo de la marca francesa. Y la disrupción empieza a dar frutos, como nos confirma Nuno Marqués, director de la marca en España «somos la marca que más claro tiene su camino dentro de Stellantis», afirma. Eso se aprecia en el convencimiento con que hablan de su futuro inmediato… Y también en esos últimos modelos lanzados.
Basta fijarse en el AMI –posiblemente a ninguna otra marca convencional se le hubiera ocurrido crear un modelo tan arriesgado– o el C4 –que parece la perfecta reinvención del segmento C con su silueta mezcla de crossover, coupé y compacto– para ver que en Citroën vuelven por sus fueros.
El Citroën C5X es una perfecta mezcla de conceptos
Y ahora se atreven con un escalón superior, con el tope de la gama, con el modelo que se convertirá en buque insignia de la marca. Quizás sea un poco pretencioso querer cambiar el segmento de las berlinas –en clara decadencia– pero esa es su pretensión. Y con ese objetivo lanzan el C5X un modelo que mezcla los conceptos sedán, familiar y crossover en una sola carrocería, y con el que pretenden atender a los gustos de los clientes, dándoles, además un producto que se distinga del resto.
No hay duda de que tiene difícil pasar a la historia de la marca, donde hay berlinas de gama alta como el Traction Avant, el CX, el XM o el C6, que están en el Olimpo. Pero al menos trata de buscarse un hueco por caminos diferentes a los normales. Se aprecia un estilo distintivo en todos los detalles, desde el frontal con su nueva firma lumínica en forma de V hasta las enormes ruedas de 720 mm que son habituales en los SUV y le otorgan una presencia notable. Su alta línea de cintura también aumenta la sensación de robustez, así como una trasera en la que destacan el alerón –perfectamente integrado en la tapa del capó– y la firma lumínica, con luces de LED y su estilo también en forma de V.
Las proporciones y medidas ayudan a que veamos este Citroën C5X como un modelo capaz de ser la avanzadilla de la marca. Mide 4,8 metros de longitud y su batalla de 2,78 metros le procura un espacio interior sobresaliente, a la altura de lo que se espera de un modelo de estas características. Y un maletero que con 545 litros de capacidad, no es de récord pero sí da respuesta a todas las necesidades.
Un interior donde brilla el confort
El interior brilla por esa amplitud y por algo más, por una de las características clásicas de la marca: el confort. Así resumía Laurent Barria, director mundial de Comunicación y Marketing de la marca ese confort de su nuevo modelo: «La serenidad es el punto fuerte del C5X». Y eso se aprecia nada más entrar en él. El concepto ‘loungue’ está presente en cada rincón. Su diseño dicen que está pensado con un efecto flotante que apoya esa sensación de serenidad. Se han cuidado mucho los materiales que están en zonas de contacto –aunque las zonas inferiores cuentan con plásticos duros poco vistosos y agradables al tacto– y se ha llevado a su máxima expresión el programa Citroën Advanced Comfort. con nuevos asientos que equipan por primera vez sistema de aireación o unas ventanillas laminadas para reducir al máximo los ruidos.
La sensación de confort también es visual, pues aunque cuenta con pantallas táctiles ofrece un estilo entre artesanal y tecnológico. Por la parte de la tecnología vemos cómo los sistemas de información y comunicación han sido trabajados para que sean intuitivos y configurables al máximo, con un funcionamiento muy similar en su manejo al de cualquier smartphone. Cuenta con una pantalla central de 12 pulgadas, con un cuadro de instrumentos digital y configurable en todos sus detalles y también como novedad con un Head up Display de realidad aumentada –de serie desde el acabado Shine, el segundo de la gama– que proyecta sobre el parabrisas, como si fuera una pantalla de 21 pulgadas, informaciones del navegador, velocidad, límites de la vía…
Ayudas a la conducción de vanguardia en el C5X
Y por terminar con la tecnología, en la parte de las ayudas a la conducción es vanguardista con dispositivos de nivel 2 de conducción semiautónoma como el Highway Driver Assist que combina el regulador de velocidad adaptativo con función Stop & Go y la ayuda del mantenimiento de carril que gestiona el desplazamiento del coche en vías rápidas por sí mismo. También estrena dispositivos como el control del ángulo muerto de larga distancia, el Rear Cross Traffic Alert, que detecta los vehículos u otros peligros que se acercan al insertar la macha atrás, o el Top 360 Vision que facilita las maniobras mostrando en la pantalla táctil el entorno exterior del coche con una visión cenital tanto del vehículo como de su entorno.
Dinámicamente también ofrece innovación a raudales con otro de los trabajos clásicos de la marca, una más de sus aportaciones a la historia del automóvil: las suspensiones. El C5 X estrena la suspensión activa Citroën Advanced Comfort con el efecto ‘alfombra mágica’ con el que parece que vamos flotando sobre la carretera.
Para mover este C5X, la firma francesa apuesta por una gama de motores en la que se ha desterrado una versión diésel que le hubiera venido como anillo al dedo para convertirse en un viajero excepcionalmente cómodo y ahorrador. Pero como la legislación obliga a decir adiós al gasóleo, el C5X solo contempla una versión híbrida encufable de 225 caballos con 55 kilómetros de autonomía eléctrica y la etiqueta 0 y dos gasolina, con tecnología PureTech con 130 y 180 caballos. En todos los casos, para aumentar más todavía la sensación de confort, y mejorar al máximo la experiencia de conducción, gestionados por cajas de cambio automáticas con tecnología de convertidor de par que acrecienta la sensación de suavidad.
Se desliza sobre el asfalto
Todas las alternativas han estado a nuestra disposición en la presentación internacional del nuevo modelo francés, celebrada en Barcelona. Para empezar, el híbrido enchufable. Un modelo con lo mejor de dos mundos. Cuando arrancamos en eléctrico, el confort de rodadura y el confort acústico son de sobresaliente. Se desliza, literalmente sobre las calles. Lo mismo ocurre en los tramos de autovía por los que circulamos donde demuestra que la experiencia de viajar en una berlina de Citroën sigue siendo distintiva. Las suspensiones nos generan la sensación de mullido, de ir flotando. Al volante, la dirección tiene ese mismo efecto.
El PHEV cuenta con cuatro modos de conducción para adaptar el uso del coche a lo que necesitamos en cada momento: Eléctrico, Híbrido (combina ambos motores y la suspensión va en modo normal), Confort (híbrido pero con la suspensión aún más suave) y finalmente el Sport, que suma la fuerza de los motores y ofrece más dureza de dirección o suspensiones.
Es este el modo en el que afrontamos las carreteras de montaña en el interior de la provincia de Barcelona. Aquí el coche nos sorprende por la viveza de reacciones, el empuje que se produce cuando los dos motores se ponen a trabajar. Y pese a un modo más dinámico el confort se mantiene, aunque eso sí, con mucho bamboleo. Para el conductor esa sensación de flotación necesita acostumbrarse, pero descubrimos que el coche va por donde le decimos cuando las curvas se cierran o enlazamos una tras otra a velocidad ligera…
En el tramo de vuelta nos encontramos con el PureTech de 130 caballos, un escalón de entrada que también destaca por su refinamiento en marcha, aunque nada que ver con el PHEV. Aunque la suavidad es notable se nota menos delicado que esa movilidad eléctrica-híbrida. Y aunque los 130 caballos son suficientes, no tiene la alegría ni el empuje de la versión 0 emisiones. Mucho más cuando entramos en zona de montaña y curvas donde le cuesta recuperar.
El Citroën C5X ya está a la venta, con una gama cuyo precio parte de 30.500 euros, con promoción de la marca y llega a los 45.600 euros en el caso del PHEV más equipado –al que aún se le podrán descontar las ayudas del Plan Moves III–. Un modelo que está listo para dar el punto de vista de Citroën a las berlinas del siglo XXI. Lo hace con una berlina que no lo parece, pero que tiene todos los atributos de los grandes modelos de la marca.