La llegada al mercado el nuevo Suzuki Vitara Strong Hybrid supone la completa hibridación de la gama por parte del fabricante japonés. Con la excepción del pequeño Jimny, que sólo se comercializa en variante industrial de dos plazas, el resto de coches de la marca cuentan con motorizaciones híbridas.
Nuevo Suzuki Vitara Strong Hybrid
Algunos de ellas son fruto del acuerdo que mantiene con Toyota, como el Swace y el A-Cross. Dos vehículos que también se comercializan bajo la citada marca Toyota.
Asistimos al nacimiento de dos nuevas versiones híbridas autorrecargables, en este caso el S-Cross Strong Hybrid, que aún no hemos conducido, y el Vitara Strong Hybrid. Acabamos de poner a prueba este último por tierra andaluzas.
Se trata de una variante híbrida autorrecargable, no hace falta enchufarlo, del mítico todoterreno de la marca. En concreto combina un motor gasolina de 1.5 litros y 102 caballos de potencia con otro eléctrico de 33 caballos. Entre los dos suman una potencia conjunta de 116 caballos. Una cifra correcta para mover el conjunto sin problemas, sobre todo apoyado en el cambio automático.
Sistema híbrido
Además cuenta con el extra de empuje del motor eléctrico, que interviene fundamentalmente en aceleraciones. En estas maniobras asiste al bloque de gasolina y aporta un empuje extra. En ocasiones puntuales llega a mover el coche en solitario durante trayectos cortos. Para ello cuenta con una batería de 0,84 kWh ubicada en la parte trasera.
Se trata de un conjunto muy eficiente, que homologa un consumo de 5,8 litros a los 100 kilómetros. Pero durante nuestra toma de contacto hemos firmado un consumo en torno a los 4 litros si somos cuidadosos.
El tacto de conducción no cambia. Mantiene la suavidad y el agrado de guiado que caracteriza a los vehículos de la forma nipona.
Así va en carretera y fuera de ella
Las suspensiones filtran las irregularidades del asfalto con mucha eficacia. En asfalto inclina ligeramente al dar prioridad a la comodidad de los ocupantes. En pistas absorbe las irregularidades con total naturalidad, disponiendo además de una generosa altura libre para franquear obstáculos.
Está disponible con tracción 4×2 o 4×4 AllGrip, ya empleada en otros modelos de la firma nipona. Ofrece cuatro modos de comportamiento, para adaptarlo a la superficie; Auto, Lock, Snow y Sport. El funcionamiento del conjunto está gobernado por la centralita electrónica MGU. Un ‘cerebro electrónico’ que se encarga de coordinar la entrega de potencia de cada motor.
Disponemos además del cambio automático AGS, en base un cambio manual pero gobernado electrónicamente por un embrague pilotado. El funcionamiento es más que correcto, y reacciona con suavidad a nuestras indicaciones.
En conjunto se trata de un automóvil muy funcional, con una carrocería de dimensiones contenidas. Mide 4,175 metros de largo por 1,770 de ancho y 1,610 de alto. Cotas que le permiten disponer de un interior de cotas más que correctas para cuatro personas, aunque en este caso el maletero reduce su capacidad hasta los 289 litros a causa de la batería.
Estéticamente la carrocería no sufre cambios más allá de los logotipos alusivos a la versión Strong Hybrid. Algo similar a lo que ocurre en el interior, donde pasamos a contar de serie con pantalla multimedia de 9 pulgadas y levas en el volante para el manejo del cambio. El cuadro de relojes sigue siendo analógicos.
Está ya disponible en dos niveles de acabado; GLE y GLX, con un precio de partida de 26.370. La tracción integral AllGrip cuesta unos 2.000 euros extra.
