Con el nombre de efecto acordeón, la DGT quiere poner nombre a una de las causas más habituales de que se produzcan atascos en las carreteras. Se trata de una circunstancia que ocurre tan pronto como el primero de una larga fila ralentiza su marcha hasta pararse por completo, lo que provoca que el resto de vehículos que le siguen también deben parar su marcha.
1El efecto acordeón es acumulativo
El problema llega a la hora de reemprender la marcha, pues entonces se calcula que cada automóvil tarda un segundo más que el anterior en ponerse en movimiento. A causa de esto se va produciendo un efecto acumulativo que llega a convertirse en períodos de tiempo más que apreciables.
Por ejemplo, en caso de estar ante un ataso de 2.000 coches, y aplicando la regla del segundo, la diferencia de tiempo entre que se pone en movimiento el primero y el último es de ¡33 minutos!!!. Sí, has leído bien. Más de media hora y eso siempre que todos y cada uno de los automóviles allí parados sean puntuales y se pongan en movimiento en un segundo.
Imagina lo que ocurre cada vez que le llega el turno a un conductor que esté distraído, lo cual es muy habitual. Ya sea con la radio, el navegador o incluso el teléfono móvil y en lugar de un segundo invierta cinco segundos en ponerse en movimiento.