Para iniciar, debemos decir que el reemplazo del lubricante del coche es una de las operaciones de mantenimiento más frecuente en el rodado. Por ello, cada 15.000 o 30.000 kilómetros-siempre en función de lo indicado por el fabricante-hay que sustituir el aceite para evitar averías o graves deterioros del motor. En estos casos es fundamental recoger el solvente usado y llevarlo a un punto limpio para su reciclaje, si no la DGT te podría hacer una multa.
A continuación, en el artículo te contaremos más detalles de la disposición de la entidad que regula el tráfico en el país.
1Altamente contaminante
Afectado por la exposición a altas temperaturas y a la presión dentro del motor, el aceite se degrada y origina sustancias tóxicas y metales pesados, convirtiéndose en uno de los residuos más contaminantes para la DGT. Por ende, un litro de lubricante usado vertido en el agua puede ensuciar un millón de litros. Vertido en la tierra, es capaz de perjudicar el suelo, las aguas superficiales y hasta subterráneas. Si se quema, origina importantes problemas de contaminación y emite gases muy tóxicos debido a sus compuestas, principalmente plomo, cloro, fósforo y azufre.