Recurrir a todo tipo de argucias a la hora de llenar el depósito se ha convertido en una costumbre, sobre todo desde que los precios del diésel y la gasolina se han disparado. Ya venían haciéndolo en 2021 y el conflicto ruso-ucraniano ha terminado por poner la guinda en el pastel. La solución provisional de los famosos 20 céntimos de descuento del Gobierno no ha podido mitigar prácticamente esta escalada.
Recurrir a gasolineras low cost, comprobar las gasolineras más baratas antes de repostar, aprovechar para llenar el depósito si vemos que la cosa se puede poner más cruda en próximas semanas… muchas son las soluciones que marcan el día a día de los conductores para apretarse el cinturón, pero algunas ya vienen de serie en el manual del buen ahorrador.
1Apurando hasta la última gota de combustible
Cuando estamos echando combustible, la señal que nos avisa de que la operación ha finalizado es ese sonoro ‘clack’ del surtidor, tras el que deja de servir carburante. Seguro que sabes el truco que viene después para estirar el tanque al máximo, ese gesto que seguramente habrás hecho en más de una ocasión: seguir echando combustible hasta que ha asoma por el tubo para arañar algo más de carburante.
¿Existe algún riesgo por llenar el depósito al máximo? Desde hace algun tiempo circula la creencia bastante extendida de que esto es peligroso porque podemos cubrir la válvula de salida de vapores. Si esto sucede, supuestamente, se enciende el testigo que desvela que hay un problema en el motor y, aunque este no exista, tendremos que pasar por el taller para que lo comprueben y eliminen la falsa alarma… con el consecuente gasto. ¿Realidad o exageración?
