Hyundai vuelve a poner sobre la mesa el segmento de los monovolumenes en este caso lo hace con este gran monovolumen de 5,25 metros de largo que llega en variantes de 7 y 9 plazas. Pese a la moda SUV el Hyundai Staria es un monovolumen que no reniega de serlo.
Lo primero que llama la atención es su estética. Que sin lugar a dudas entra por los ojos y nos recuerda a los grandes automóviles norteamericanos de los años 70. Es futurista y muy atractivo, gracias en gran medida a esas finas tiras luminosas que hacen las veces de luz diurna
1El Hyundai Staria es un monovolumen que no reniega de ello
Es más convencional en su silueta donde destaca la gran superficie acristalada y en la trasera, con soluciones tomadas del Ioniq 5, por ejemplo los grupos ópticos.
En el interior sobra espacio. El tamaño disponible es sencillamente excepcional. Tanto delante como en la fila intermedia. Y en menor medida en la tercera fila aunque sigue siendo muy correcto. Hablamos siempre de la variante de siete plazas. En este caso la ubicación de puestos es 2+3+2, mientras que la 9 plazas es un 3+3+3.
Al volante disponemos de doble pantalla de 10,25 pulgadas. La primera para el cuadro de instrumentos y la segunda para la multimedia. El manejo es excepcional por funcionalidad y facilidad de uso. Disponemos además de botonería independiente para otras funciones e incluso para el cambio de marchas que va por pulsador.
La posición al volante es muy monovolumen, nada que ver con un vehículo industrial. La ergonomía es perfecta y la visibilidad exterior también a pesar del tamaño. Está disponible en configuraciones de siete o nueve plazas. Con una capacidad de maletero entre 130 y 1.300 litros en función de si desplegamos dos filas de asientos o tres.
La calidad interior es excepcional. Y cuenta con soluciones que facilitan tanto la vida a bordo como el módulo entre las dos plazas delanteras que puede hacerse butaca o consola central con multitud de baños por ta objetos. Dentro llama la atención la luminosidad, la visibilidad y el gran techo solar.
Mecánicamente la única versión es diésel de 177 caballos. El mismo motor del Hyundai Tucson que en este caso homologa 8,5 litros a los 100 kilómetros.
Sencillamente excepcional por comportamiento, funcionalidad y bajo consumo. Se trata de un motor que nos vuelve hacer echar de menos a los diésel, todo empuje y contundencia a pesar de la faltas de agilidad del cambio, con demasiado resbalamiento.