Prácticamente la totalidad de marcas automovilísticas mundiales han dejado de operar en Rusia. En paralelo, las firmas locales como Lada están viviendo su propia primavera, pues son las únicas que pueden ofertar coches a los compradores. En único problema es que el embargo internacional ha provocado la escasez de piezas, y en esta situación Lada vende sus coches sin ABS ni airbags.
Lada vende sus coches sin ABS ni airbags
Lada, una marca que estaba en manos de Renault, ha sido recuperada por el Gobierno ruso. De hecho, acaba de presentar un nuevo modelo, el Granta Classic, diseñado para ser fabricado y reparado solo con piezas locales. El precio de venta del coche es de unos 12.000 euros.
Desafortunadamente su denominación de Classic se refiere tan sólo a su carrocería, pues en materia de equipamiento carece casi de todo.
De hecho no tiene sistema antibloqueo de frenos ABS, ni airbags en ninguna de sus plazas, ni si quiera aire acondicionado.
Un solo motor gasolina
Está propulsado por un motor de cuatro cilindros y 1.6 litros de 90 caballos que no cumple con los estándares de emisiones europeos actuales. De hecho, solo cumple con las normas de emisiones de 1996, lo que es notable para un automóvil que se introdujo en 2011.
Mientras tanto, informes no confirmados sugieren que Lada planea ofrecer versiones simplificadas similares de sus otros vehículos, como el Niva de 45 años.
Mientras tanto, la situación para las personas que ya poseen vehículos no es mucho mejor. Dado que las piezas son cada vez más difíciles de conseguir, las reparaciones son cada vez más caras. Eldar Gadzhiev, dueño de cuatro taxis Skoda en Moscú, le dijo a The Guardian que los concesionarios son inútiles si su vehículo se rompen y que hay tiempos de espera de meses en mecánicos independientes.
Piezas robadas
Los sitios web han intentado llenar los vacíos, pero Gadzhiev dijo que es un mercado de especulación total. Dijo que las piezas de repuesto son casi imposibles de encontrar y cualquiera que pueda encontrar cuesta tanto que puede valer más que el automóvil.
“Es el regreso del bandolerismo”, dijo Gadzhiev, sospechando que muchas de las partes que logró encontrar fueron robadas. Incluso las necesidades más simples, como el petróleo, cuestan 10 veces más que en 2021, lo que indica las dificultades que enfrentan los rusos comunes como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte del país.