La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV, es obligatoria para todos los propietarios de vehículos cuando un turismo cumple cuatro años desde su matriculación. A partir del cuarto año, tendrás que pasar la revisión bienalmente hasta que cumpla diez años. Para los coches más antiguos, tocará aumentar la periodicidad y pasar la ITV cada año.
Pasar por este trámite es, evidentemente, un momento que causa intranquilidad a todo el mundo, pero en los últimos tiempos hemos conocido un peculiar caso que ha propiciado que los clientes de un centro de inspección técnica de vehículos fueran de lo más relajados, sin presión ante la posibilidad de no pasar la prueba. ¿Quieres saber por qué?
1El truco del coche comodín
El truco estaba en que, en las instalaciones de una ITV concreta, disponían de un coche comodín que empleaban para conseguir resultados positivos. El hallazgo ha formado parte de la operación ‘Frenómetros’, que se inició ya el año pasado cuando guardias civiles del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) del Sector de Tráfico de la Guardia Civil empezaron a tener conocimiento de que allí quizá se podían estar dando prácticas fraudulentas.
Las primeras pruebas se pusieron en manos de la Dirección General de Energía, Actividad Industrial y Minería de la Comunidad Autónoma afectada y, con el paso de los meses, se ha ido obteniendo mucha más información y han salido a la luz todas las vergüenzas de esta trama poco enorgullecedora y muy sorprendente para los operarios de las ITV que cada día cumplen con su trabajo.