Como sabrás el año 2035 pondrá el punto y final a la comercialización de los coches con motores de gasolina y diésel. Sin embargo diferentes estudios apuntan a que esto supondrá un importante aumento en las ventas de recambios, pues los dueños de estos continuarán utilizándolos a partir de esa fecha en perfecto orden de revista.
Hace solo unas pocas semanas la Comisión Europea (CE) ha lanzado un ambicioso proyecto para plantar cara al cambio climático. Entre sus diferentes premisas se encuentra la de prohibir a los fabricantes de automóviles vender turismos alimentados por gasolina, diésel o gas. Y también supone un importante varapalo para los vehículos híbridos. Eso no es algo que sucederá en mucho tiempo, porque el año 2035 está a la vuelta de la esquina. La propuesta de Bruselas se traduce en que desde ese año no se podrán vender turismos ni furgonetas que emitan dióxido de carbono. Y así se adelanta en cinco años a lo propuesto anteriormente, porque la fecha inicial era 2040.
1Los recambios se van incrementar un 30%
Para llegar al año 2035 apenas quedan poco más de 10 años. Parece mucho tiempo, pero esa fecha está prácticamente al caer. Tanto que nos hace preguntarnos de si estamos realmente preparados para que se prohíba la venta de coches diésel, gasolina e híbridos. Por lo menos cuando hablamos de un país como España, pues otros muchos mercados europeos seguro que si lo están. Y a día de hoy.
“La ley aprobada que pone fecha de caducidad a la comercialización de vehículos nuevos de combustión provocará un encarecimiento de los precios de los coches eléctricos. Y además un aumento en la edad media del parque automovilístico europeo y español”. Dice Jan Amat, cofundador de Recomotor, el primer distribuidor de piezas y recambios recuperados para talleres y profesionales de la automoción.
No solo eso, sino que también “este envejecimiento generará una necesidad de recambios reutilizados a futuro para poder mantener coches con más edad, los cuales no dispondrán para entonces de recambios nuevos o aftermarket”.
Por lo tanto esta nueva ley que viene desde Bruselas va a provocar un importante incremento en la demanda de piezas de reparación del 30% al año. Y será en 2040 cuando estas transacciones superen en número a las ventas de componentes nuevos para estos vehículos, entonces considerados obsoletos.