Con la llegada del ansiado verano, el calor en la mayor parte del centro y sur de España es tremendamente sofocante. Incluso, la inevitable llegada de alguna que otra ola de calor durante el mismo puede llegar a estropearnos las vacaciones. Y es que los efectos del calor extremo en los coches con motor de combustión son numerosos, pero, si tienes un coche eléctrico no cantes victoria.
Si crees que estás a salvo de problemas por dicha circunstancia, estás más que equivocado. Y no hablamos de elementos comunes a todos los vehículos como los neumáticos, el aire acondicionado o los frenos. Tenemos que señalar directamente a las señas de identidad del coche eléctrico: su batería y su autonomía.
1La gran influencia del calor en la batería y en la autonomía
En general, todo usuario de coche eléctrico es consciente de que la autonomía de su vehículo se ve mermada en invierno por culpa de las bajas temperaturas. Pero, ¿también se es consciente de los efectos que provoca el calor asfixiante del verano? Las baterías de iones de litio, propias de los vehículos eléctricos, cuentan con varias limitaciones y una de ellas es justamente su sensibilidad a las temperaturas.
Su rango de funcionamiento oscila entre 20 y 25 ºC. Dichas temperaturas se alcanzan en España durante un periodo muy reducido del año, por lo que el sistema de refrigeración de las baterías con el que cuente cada coche entra en juego… y se vuelve imprescindible. No todos los coches eléctricos tienen el mismo, pero más allá de las diferencias lo que importa es su finalidad. Más de lo que crees está en juego. ¿Quieres saberlo?