Incluso los menos entendidos en automóvil recordarán al Citroën Xantia por su espectacular campaña de publicidad junto al atleta Carl Lewis. Una historia en la que el atleta estadounidense se retiraba a un monasterio budista tras perder una apuesta de eficacia contra el Xantia.
El Citroën Xantia desafía al hijo del viento
En aquella época Carl Lewis era un verdadero mito del atletismo, medalla de oro olímpico en la prueba de 100 metros. Estaba considerado como el hombre más rápido del mundo, el hijo del viento.
Se trataba de una apuesta de estabilidad en la que el Citroën hizo valer su suspensión hidroactiva y su sofisticado sistema antibalanceo en curva, un conjunto insuperable en materia de estabilidad y confort.
Se trata de dos de las innovaciones más importantes de un modelo que era una auténtica alfombra mágica en la carretera. Estuvo a la venta entre 1993 y 2002 y recibió este tipo de suspensión en el año 1995.
Su diseño fue una de las obras maestras de Bertone en materia de automóviles de producción en serie. Mecánicamente suponía el culmen de la larga tradición de Citroën en suspensiones hidroneumáticas. En este caso tomó el nombre de suspensión Hidroactiva, que vio la luz en el prototipo concept-car Activa II que posteriormente se concretó en el Citroën XM.
Una verdadera alfombra mágica
Este tipo de suspensión Hidroactiva II sumaba a la comodidad de las suspensiones hidroneumáticas ventajas como la altura constante de la carrocería, lo que le permitía circular por carreteras, camino y zonas con grandes obstáculos.
Incluía además la posibilidad de elegir entre modos de conducción deportivo o confort gracias a una tercera esfera dentro del conjunto de suspensión.
El conjunto se completaba con un tren trasero autodireccional de tipo mecánico que se lograba mediante unos topes de cauchos y con los que alcanzaba una efectividad prodigiosa.
El Xantia fue un verdadero virtuoso en la carretera. Disponía también de barras estabilizadoras activas de tipo mecánico que aportaban un efecto antibalanceo. El Xantia Activa de 1995 contaba con un motor V6 de 194 caballos.
Su diseño puede considerarse como heredero del XM, la gran berlina de lujo de la firma destinada a marcar una época. La aerodinámica tuvo un papel importante, con un coeficiente Cx de 0,3. En 1997, el Xantia se sometió a un restyling en el que se dio un nuevo aspecto a su frontal: capó, calandra y paragolpes, además de reforzar su seguridad activa y pasiva, con novedades como los airbag laterales.