El balance de siniestralidad del mes de julio ha sido malo. Para qué negarlo. Teníamos ganas de irnos de vacaciones… y quizás la euforia a alguno le ha jugado una mala pasada. Los datos, peores que en 2019, han propiciado que desde la DGT hayan apuntado a un enemigo inesperado: el calor. En palabras del propio director de la DGT, Pere Navarro, esto ha sido así.
Desde la DGT se achaca este número al aumento del número de desplazamientos, también. No es ninguna novedad que tras dos años de restricciones esto se haya producido. Lo que sí podemos considerar como una novedad es que se cite al calor como excusa: «La ola de calor toca y afecta a la conducción», ha dicho Navarro. ¿Realmente su trascendencia puede haber sido tal?
1El verano de 2022, entre los cuatro más calurosos desde 1950
El verano de este año está siendo uno de los cuatro más calurosos en España desde, al menos, 1950. Lo hemos sentido, lo hemos vivido… y lo hemos sufrido. Tras registrar dos olas de calor: una de ellas, la más temprana desde que hay registros; y la segunda, la más intensa, que además es la más larga desde 1975, año en que comienza la serie histórica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre estos fenómenos.
Desde la Aemet han sido taxativos: «Probablemente, el bimestre de junio y julio esté entre los cuatro más cálidos desde 1950». Los datos de la Aemet indican que, a falta de concluir este verano, el ranking de los dos primeros meses a nivel meteorológico está liderado por 2015, seguido de 2017 y 2003. ¿Pero en qué medida puede afectarnos el calor intenso en la conducción?