Llega la época del año que más temes. No solo por la inoportuna gripe que siempre nos estropea algún buen plan, sino por los efectos que puede causar en nuestro coche mientras conducimos… que no son precisamente pocos. Obstrucción nasal, estornudos, lagrimeo, dolor de cabeza, de oídos, de laringe, fiebre, tos, mucosidad branquial, fatiga, debilidad… ¿te suena de algo, no?
Todos ellos son síntomas comunes de resfriados y catarros. Y ojo, quizás no lo sepas… pero hay algunos medicamentos que ayudan a aliviar estos síntomas que pueden afectar a tus capacidades de conducción. Es decir, parafraseando el refrán popular, «es peor el remedio que la enfermedad»… al menos para conducir. Algo en lo que debemos reparar es que, en esta época invernal que viene, los catarros y los procesos gripales, se disparan, así como la ingesta de anticatarrales y antigripales.
1La DGT y la peligrosidad de una mala gestión de la gripe
¿Sabías que muchos medicamentos pueden afectarte si vas a conducir? Quizá a veces prefieras no pensarlo, pero los medicamentos que te tomas para tratar gripes y catarros son una combinación de varios fármacos o principios activos que tienen efectos. Por ejemplo, los antihistamínimos H-1, los antitusígenos codeína y dihidrocodeína afectan a la capacidad para conducir con toda seguridad.
La DGT nos recuerda, además, la peligrosidad de juntar medicamentos, conducción y alcohol. Esto es del ABC del buen conductor. Si ya de por sí no deberías ni plantearte conducir tras haber ingerido alcohol, menos aún si te medicas. El medicamento, de por sí, como decíamos, puede interferir con la capacidad de conducción… pero con el alcohol, además, los efectos negativos se potencian, elevando la peligrosidad.