Greenpeace reclama que se pongan al día las etiquetas ambientales de la DGT, ya que consideran que «no son fieles a la realidad en cuanto a lo que contaminan los coches y condicionan aspectos como las rebajas fiscales o el libre acceso a las nuevas Zonas de Bajas Emisiones, obligatorias en 150 ciudades a partir de enero de 2023.» Para reivindicar su postura, la organización ecologista ha desplegado una pancarta con forma de etiqueta de la DGT sobre varios vehículos denunciando el ‘ECO tongo’ y pidiendo al Gobierno que «cambie las etiquetas ¡ya!».
Greenpeace considera que el etiquetado actual es un «coladero» para tecnologías contaminantes, como el gas fósil, que «disfrazan de verde la industria y confunden al consumidor».
La organización denuncia que cualquier vehículo (coche, furgoneta o camión) que funcione con gas licuado o comprimido disfruta de la etiqueta ECO de la DGT, lo que otorga «importantes beneficios fiscales y normativos». Sin embargo, según Greenpeace estos vehículos «liberan grandes cantidades de partículas contaminantes y peligrosas asociadas con el cáncer, el alzheimer y enfermedades cardíacas y respiratorias, además de contribuir de manera similar que los vehículos diésel o gasolina a la crisis climática».
Cambios en las etiquetas de la DGT
El Gobierno anunció a mediados de 2020 la intención de reformar las etiquetas de la DGT, algo que por el momento no se ha producido. En este sentido, varias entidades ecologistas como Greenpeace, Fundación Renovables, Ecodes, Ecologistas en Acción y Transport & Environment presentaron una propuesta que «corregía los fallos» del sistema actual de etiquetas de la DGT e «incorporaba las emisiones de CO2 como criterio de clasificación ambiental».
Para la organización, las etiquetas de la DGT están diseñadas «anteponiendo los intereses de la industria del motor frente a la salud de las personas y la protección del medio ambiente. Además, consideran que los «fallos» del actual sistema de etiquetado ambiental también afectan a otros vehículos, «como los microhíbridos, calificados como ECO a pesar de que la aportación eléctrica es mínima, o los híbridos enchufables, con etiqueta de la DGT Cero emisiones, pese a que cuentan con motor de combustión y tubo de escape».
Greenpeace y otras 40 organizaciones están impulsando una Iniciativa Ciudadana Europea (ECI), que pide una nueva ley similar a la del tabaco que prohíba la publicidad y el patrocinio de los combustibles fósiles en la Unión Europea.