Los antinieblas del coche son esos grandes olvidados. Algunos conductores incluso dudan sobre dónde está el botón para activarlos, debido a su poco uso durante el año. Pero en realidad, son un elemento fundamental del vehículo, con el que debemos estar familiarizados, y saber bien cuándo deben usarse y cómo hacer un buen uso de ellos.
La DGT recuerda que los dispositivos de alumbrado son igual de valiosos tanto para ver, como para que nos vean los demás usuarios de la vía. Y por eso los antinieblas son tan importantes. Ante la dificultad de atisbar claramente la carretera por culpa de la niebla, estas luces evitan muchas colisiones.
Su utilidad está libre de toda duda, pero también es cierto que es un elemento que genera muchas preguntas respecto a cuándo hay que utilizarlos. En este artículo te aclaramos cuándo es el momento correcto para emplearlas y así evitar posibles sanciones por un uso indebido.
1¿Cómo son los faros antinieblas?
La mayoría de vehículos disponen de dos tipos de luces antinieblas. Los antinieblas traseros, compuestos por una o dos luces rojas muy potentes. Si se usan de manera indebida pueden deslumbrar a los demás conductores. Su uso está pensado para que los coches de detrás puedan identificar al vehículo que tienen en frente en situaciones de visibilidad muy reducidas.
Los antinieblas delanteros son luces blancas o amarillas menos intensas que los traseros, y su uso es correcto en una mayor variedad de ocasiones. Además de facilitar que los otros conductores te ubiquen, también tienen como función contribuir a mejorar la visibilidad de la carretera.
Estos faros se activan por separado. Es importante tenerlos localizados en el coche para cuando llegue el momento de necesitarlos. Habitualmente están en la misma palanca y con un toque se activan primero los antinieblas delanteros, y con otro movimiento, también los traseros.