Por si fueran pocos los mecanismos de recaudación de la DGT, se siguen implementando nuevos radares para cazar a los conductores imprudentes o despistados. En los últimos años esta evolución de la tecnología ha ido orientada a resguardar las Zonas de Bajas Emisiones, teniendo que instalar todo un entramado de cámaras y sensores para blindar estas áreas protegidas.
Por su puesto, también se ha perfeccionado la tecnología de los radares de velocidad para hacerlos cada vez más fiables y pequeños. Pero estas herramientas de captación no se han limitado solo a estos aspectos. Ahora hay otro tipo de contaminación que preocupa a las autoridades y se van a empezar a implementar radares para controlarlo. ¿De qué contaminación hablamos? Pues de la contaminación sonora que genera el tráfico rodado.
1Los radares de ruido llegan a España
Los organismos internacionales y nacionales se han enfocado desde hace años en conseguir unas ciudades con el mínimo impacto posible del tráfico. El ruido que generan los escapes no se ha librado tampoco de llamar la atención de estas entidades. Ciudades como París o Londres son los más avanzados en esta materia.
En Londres te pueden multar con 110€ por tener un coche demasiado ruidoso. En poco más de medio año 10.000 conductores han sido sancionados por tener un escape muy ruidoso en los distritos de Kensington y Chelsea. Y como ocurre con todas las normativas europeas, era cuestión de tiempo que llegara a España.