Aunque la lluvia parezca inofensiva a la hora de conducir un coche normal, tienes que saber que altera peligrosamente las condiciones de la calzada, además de afectar a la visibilidad. Si llueve, los neumáticos agarran peor al asfalto y aumenta la distancia de frenado. Además también puedes sufrir aquaplaning.
Por eso es importante que no subestimes los efectos que tiene un día lluvioso sobre la conducción y sigas estos consejos cada vez que te toque conducir con lluvia.
1Si llueve reduce la velocidad
Si llueve y vas conduciendo debes reducir la velocidad, adecuándola al estado de la vía. Aunque sientas que la conducción es igual que en seco, el asfalto mojado te puede jugar una mala pasada. Si los neumáticos atraviesan un gran charco de agua, puede producirse el efecto denominado aquaplaning.
Este fenómeno ocurre cuando los neumáticos no son capaces de evacuar tanta agua, y en vez de contactar con el asfalto tocan solo agua. Esto provocará que pierdas el control del coche. Si te ocurre, no frenes. Levanta el pie del acelerador y sujeta con fuerza el volante sin girarlo.