Como nos enseñó Sheldon en repetidas ocasiones en la serie The Big Bang Theory, aunque es posible seguir conduciendo con un testigo encendido, no es recomendable hacerlo. Tú coche es una máquina precisa y orquestada para aguantar el paso de los años y los kilómetros. Sin embargo, las piezas se van desgastando y surgen averías inevitables, sobre todo si no sigues un mantenimiento adecuado del vehículo.
Para alertarnos de cuando un componente del vehículo no funciona correctamente tenemos el cuadro de instrumentos. Si conoces el significado de cada una de las alertas que nos pueden salir en el cuadro de mandos, podrás atajar de una forma más eficiente la avería. Algunos testigos permitirán más margen de acción o menos, pero lo mejor es que consultes con tu taller para saber cómo actuar. Conocer qué significa cada luz nos permitirá hacernos una idea temprana de la reparación que está por venir.
1El color del testigo determina la gravedad
Hay una gama de colores en los testigos luminosos que se apoya en los colores predeterminados de un semáforo. Siendo el rojo el nivel más grave de avería. Si se te enciende una luz roja debes detener el vehículo inmediatamente, aunque siempre de forma segura. Sin hacer maniobras precipitadas y en un sitio en el que no obstaculices el tráfico. Una vez detenido llama a asistencia.
Si se te enciende un testigo de color amarillo o ámbar significa que hay un fallo en algún sistema. Es recomendable parar y solicitar la ayuda de un profesional. Si se te enciende un piloto de otro color que no sea rojo ni amarillo (verde, azul, blanco, etc.), no se trata de una avería; simplemente te está dando información del coche. Ahora que ya sabes la categorización de los colores, tienes que aprender qué significa cada dibujo.