La DGT sigue en marcha con su plan de digitalización del tráfico y del funcionamiento de las carreteras. Es el proyecto denominado DGT 3.0, una plataforma de última generación que promete revolucionar la relación entre los tres protagonistas de lo que conocemos como el tráfico rodado; la DGT, los conductores y las infraestructuras.
En fase de pruebas
En este caso y de forma inicial la DGT avanza hacia en el sentido de hacer de la información en tiempo real uno de sus principales aliados a la hora de regular el tráfico y de evitar accidentes. Un paso más allá de las cámaras que ya monitorizan casi toda la red viaria nacional, ahora lo que la DGT quiere es que esa información sea compartida en tiempo real primero desde donde ocurre el incidente hasta el centro de control de la DGT y después desde el centro de control hasta los móviles de los millones de automovilistas que se encuentran en ese momento en la carretera.
Esto permite que los propios conductores alteren sus rutas en función de lo que está pasando en tiempo real. Hasta ahora esta información ya la teníamos de forma parcial a través de plataformas o apps como Waze o Mapas, si bien ahora la DGT quiere ser protagonista ‘levantando’ su propia plataforma de comunicación entre conductores . Se trata de una iniciativa no exenta de polémica, pues en cierta medida se critica que puede tratarse de una forma de control total sobre las carreteras y los conductores.
Red de coches conectada
A día de hoy los coches lanzados durante los últimos años ya forman parte del sistema, puede que en muchos casos sin ni siquiera saberlo, pues ya están conectados a la plataforma de la DGT. Disponen además de un dispositivo, llamado botón SOS, que emite una señal automática a la central en caso de accidente o de forma voluntaria si el conductor decide activarlo, para comunicar algún accidente o algún tipo de contratiempo en carretera.
A este sistema se le suma ya las balizas V16 que la DGT va a exigir de forma obligatoria a todos los conductores en sustitución de los triángulos. Se trata de unos dispositivos rotativos luminosos que además de permitir señalizar un accidente están en comunicación con la misma plataforma DGT 3.0, de manera que si activamos la baliza la DGT sabe en tiempo real donde hay un accidente, avería o similar y puede actuar enviando vehículos de asistencia o similar.
Ahora, un paso más allá, llegan los que han sido denominados como conos inteligentes. Se trata de un nivel más en la evolución de esta plataforma, en concreto se trata de las primeras señales inteligentes con posibilidad de comunicación bidireccional y que además pueden ser manipulados a distancia.
Sistema de intercomunicación total
De esta forma sirven para señalizar obras, accidentes o cualquier otra circunstancia en carretera. Emite una señal digital a la plataforma 3.0, con lo cual la plataforma puede avisar al resto de conductores de que algo pasa en carretera y por último es posible modificar el significado de la señal luminosa que emiten a distancia. Esto quiere decir que pueden usarse para bloquear el acceso a un carril o para dirigir el tráfico hacia él en función de si están iluminados en rojo o en verde, algo que podrá modificarse a distancia.
Se trata de un proyecto ya muy avanzado que ha realizado ya varios test piloto en Murcia. En este caso están involucradas las empresas Erum, Alvac y el propio Ministerio de Transportes, que han llevado ya a cabo varias pruebas con éxito en la autopista de El Reguerón.
En este caso a través de los conos conectados se alerta por obras en tiempo real tanto a usuarios como a las autoridades, permite además que los usuarios de la carretera valoren las incidencias para buscar una ruta alternativa una vez conozca el tiempo real que duran los cortes por obras o similares. Por supuesto que se mejora mucho la seguridad de los operarios de carretera, pues la gente no se encuentra con las operaciones de mantenimiento sobre la marcha, sino que están prevenidos de su existencia. En este caso son los denominados PF Cone, que incorporan luces, sonidos y sensores de localización.
Se trabaja ya en futuras funcionalidades como la medición de la intensidad de tráfico en una vía en concreto o la medición de la velocidad media de la vía en incluso de vehículos en concreto, por lo que podemos hablar de un radar.
Técnicamente los dispositivos aseguran su funcionamiento independientemente de las condiciones climatológicas y disponen de una batería que asegura más de 72 horas de funcionamiento autónomo.