Como cada año el último domingo de octubre se produce el criticado cambio de hora. De madrugada tenemos que adelantar todos los relojes una hora, con lo que no es que modifiquemos las horas de luz, sino la utilización que hacemos de las mismas.
El cambio de hora afecta a la conducción
En concreto por la mañana amanece una hora antes, pero por la noche también anochece una hora antes, difícil para nuestra vista. Esto afecta a miles de conductores en la carretera, que van a modificar la iluminación que van a recibir en función de las horas a las que se desplazan a sus centros de trabajo. Algo a tener muy en cuenta sobre todo si valoramos que el 90% de la iluminación la recibimos a través de nuestros ojos, que se convierte en el sentido más importante.
Por ello que debemos tener muy en cuenta cualquier cambio de iluminación respecto a lo que estamos acostumbrados, pues nuestra percepción del entorno cambia mucho. Hay que tener en cuenta además que estamos en pleno otoño y camino del invierno, estaciones en las que las condiciones de visibilidad empeoran de manera más importante.
Peligros del cambio de hora
- Cambio de horarios. Ahora amanecerá antes y oscurecerá antes, lo que puede provocar que la incidencia de los rayos solares a diferentes horas pueda deslumbrarnos con más facilidad. Para ello es básico que hagamos uso de gafas de sol y del parasoles del coche. No debemos hacer uso del limpiaparabrisas nunca si notamos que nos puede deslumbrar el sol, pues en efecto se acentúa.
- Menos horas de luz. Lógicamente con la llegada del invierno se reduce el número de horas solares a razón de dos cuatro minutos diarios. Es por ello que debemos prestar especial atención a este fenómeno. El ser humano pierde hasta un 30% de capacidad visual por la noche, mientras que la agudeza se reduce en un 70%, con una importante pérdida del sentido de la profundidad y de la capacidad para medir distancias.
- Cansancio. Lógicamente en estas condiciones se anticipa la fatiga visual y el picor de ojos. En paralelo perdemos visión periférica. Condiciones todas ellas que se traducen en un empeoramiento de nuestra vista.
- Deslumbramientos. En estas condiciones el resto de vehículos de la carretera utilizan sus faros, lo que provoca que aumentan las posibilidades de que nos deslumbren. Si una luz nos deslumbra, podemos tardar entre 3 y 20 segundos en recuperar la vista, lo que supone un peligro gravísimo en carretera, pues circulamos muchos segundos a ciegas.
Consejos en materia de visibilidad
- Hacer uso de las luces diurnas del coche o de la luz de cruce.
- Evitar mirar fijamente a fuentes potentes de iluminación.
- Hacer uso de las luces largas en carretera cuando no deslumbremos a nadie, pero con mucho cuidado de quitarlas si viene un coche.
- De noche el campo de visión se reduce de manera dramática, por lo que hay que estar mucho más atentos, lo que nos fatiga más.
- Fíjate en el haz de luz de otros coches que pueden venir en sentido contrario para adelantarte a las circunstancias. Usa también las luces traseras de otros coches para conocer el trazado de la carretera.
En definitiva, las condiciones de baja visibilidad requieren siempre de un plus de atención al volante, con especial cuidado de nuestra vista, el más importante de los sentidos en la carretera. Pero con estas sencillas recomendaciones podemos aumentar mucho nuestra seguridad al volante, especialmente en esta época que comienza.
Condiciones cambiantes que afectan tanto a nuestro automóvil, en el que conviene comprobar el correcto funcionamiento de las luces como a nosotros mismos.