El Gran Premio de México presentaba credenciales para dejar sello de carrera
distinta. No por los títulos, ya resueltos semanas atrás. Max Verstappen podría
lograr récord absoluto de victorias y puntos en la historia de la Fórmula 1. Si no
ganaba un Red Bull y lo hacía el otro, el Hermanos Rodríguez se vendría abajo ante
el potencial triunfo de Checo Pérez.
F1 México, tormenta perfecta
En semejante contexto, Red Bull hubo de afrontar la tormenta de su reconocimiento y sanción por haber excedido el límite presupuestario de 2021, bajo la dura censura pública de sus rivales. Así fue el GP F1 México.
Antes de la carrera mexicana, Toto Wolff avisaba: “Otras veces este año he dicho
que iríamos bien en un circuito, y luego no era así. Pero esta puede ser nuestra
mejor oportunidad del año para ganar”. Lewis Hamilton habría mantenido un año
más su singular marca: una victoria al menos en todas y cada una de las
temporadas en las que ha competido en Formula 1. No es el caso por ahora.
Supuestamente, Ferrari ejercería como elemento de discordia entre los dos
anteriores equipos.
F1 México, un GP de altura
Los 2.200 metros de altura del circuito mexicano suelen revolver la baraja. La
menor densidad del aire a tanta elevación afecta a varios parámetros de un
monoplaza. La potencia de motor es uno de ellos, con los turbos como apartado
crucial.
Aerodinámicamente, se requiere una carga aerodinámica propia de pistas
como Mónaco, pero con velocidades puntas propias de Monza. Por último, la
refrigeración es otro factor crucial de rendimiento y a veces tóxico para la
eficiencia aerodinámica cuando es necesario ‘hacer respirar’ a la máquina más de
la cuenta. Las trampas del Hermanos Rodríguez sorprenden en distinto grado a las
monturas.
Los hermanos Rodríguez juegan
El W13 adolece de un considerable ‘drag’ por su filosofía aerodinámica, pero la
altura del Hermanos Rodríguez jugaba efectivamente a su favor. Mercedes podía
sacar el cuello, mientras desde el sábado ya se pudo constata que Ferrari jugaría el
papel de distante comparsa.
Por primera vez en 2022 sus pilotos se veían superados por los dos Mercedes y Red Bull en condiciones normales, es decir, sin penalizar por cambio de componentes de motor. Después de la primera sesión de libres, en el equipo italiano descubrieron la necesidad de limitar la compresión del turbo, y, por tanto, la potencia de motor. Durante todo el fin de semana Sainz y Leclerc rodaron con una bola de hierro atada a la pierna. El sábado sería un mal día. El domingo, aún peor.
Hamilton y Russell no pudieron con Verstappen para lograr la pole, el holandés
absolutamente espectacular gracias a una vuelta perfecta en una pista deslizante
donde resultaba imposible cuajar una vuelta completa sin errores.
F1 México, la hora de Checo
Pero en el equipo alemán, con un ritmo y velocidad punta en la larguísima recta de la que ha carecido en tantas pistas, confiaba el domingo sorprender al equipo austríaco con
su estrategia de neumáticos. Mientras tanto, Checo Pérez no encontraba ese
rendimiento extra el sábado para plantar cara a Verstappen ante sus
enfervorizados seguidores. O, en su caso, estar cerca del holandés, porque el equipo deseaba ayudarle: para ganar en casa, y contribuir a lograr el
subcampeonato a costa de Charles Leclerc.
Mercedes apostó a la contra para el gran premio. El equipo austríaco salió con
blandos insinuando dos paradas. El alemán, con medios, jugando a una sola, y así
sorprender a Verstappen en la parte final de la carrera. A responder este
interrogante se redujo el gran premio mexicano, sin mayores alicientes en una
prueba inusualmente anodina. Sin embargo, la hipotética emboscada de Mercedes
no tuvo éxito, y fue Red Bull quien acertó del pleno. Una vez más.
La clave, en losneumáticos
Antes de que Verstappen se deshiciera de su primer juego (blandos), Hamilton
llegó a colocarse a segundo y medio del holandés. Por unos instantes, parecía que
Toto Wolff podría acertar. Pero con el segundo juego los ingenieros de Mercedes
descubrieron su error, a pesar de los mensajes de ánimo que enviaban a sus pilotos
por la radio.
Ni el blando se degradó tanto, ni el medio exigía otra segunda parada a
Red Bull. Verstappen se paseó, mientras que los pilotos de Mercedes, esperando
que la fruta del holandés cayera madura, descubrieron por el contrario que el tiro
les salió por la culata con sus neumáticos duros. “Nos critican a nosotros cuando
nos equivocamos, pero Mercedes ha perdido las dos últimas carreras porque han
sido ellos lo que se han equivocado con la estrategia de neumáticos”. Mattia Binotto
metía el dedo en el ojo de Mercedes al terminar la carrera.
Verstappen, al alcance de pocos
Con su triunfo, Verstappen suma 14 victorias en 2022 y, por tanto, otro récord para
una temporada de ensueño. Checo Pérez avanza hacia el subcampeonato. Hamilton
solo tiene dos oportunidades para lograr mantener su marca, pero Helmut Marko
se encargaba de elevar el listón al terminar el gran premio mexicano: “en Brasil
incluso seremos mejores” anticipaba.
F1 México, Sainz y Leclerc lejos de la cabeza
A distancia sideral de Red Bull y Mercedes, Carlos Sainz y Charles Leclerc
terminaron quinto y sexto, respectivamente. “Ha sido una lástima, porque me
sentía bien con el coche, y creo que he disputado una buena carrera, pero cuando
eres así de lento no se puede hacer más” se lamentaba el español al terminar.
Al menos, había batido todo el fin de semana a su compañero, tendencia que confirma
el equilibrio entre ambos pilotos, lejos de aquellos titubeantes comienzos de
campeonato del español. “Sin duda, no teníamos ritmo de carrera, pero el
compromiso que hemos tenido que hacer este fin de semana (con el motor) no lo
explica todo, es parte de la ecuación, hay más que eso, es algo que tenemos que
mirar y para lo que no tenemos respuesta ahora”.
Mattia Binotto dejaba más incógnitas en el aire para cerrar la peor carrera de Ferrari esta temporada. “Este año ha sido un poco raro. Hemos perdido muchos puntos, pero Renault es el equipo de mi historia, así que voy a ayudarles a conseguir la cuarta plaza hasta la
última vuelta».
Al papel de Fernando Alonso
El sábado, Fernando Alonso se mostraba pletórico y ufano tras su
noveno puesto en entrenamientos, recuperado el séptimo de Austin al anularse la
polémica sanción recibida. El domingo, su gran ritmo recordaba al de la cita
americana, una semana atrás. Rodaba en séptima posición, cuando su motor pasó a
mejor vida. “Vaya temporada, vaya temporada…” se lamentaba por la radio poco
antes de abandonar. Sus gestos de rabia y decepción al bajarse de su coche eran
más que elocuentes. Por velocidad, rendimiento, pero también por mala fortuna
con la mecánica, el Gran Premio de México resumió a la perfección la experiencia
de Fernando Alonso con Alpine en 2022. “Ya solo faltan dos carreras”.