Has notado cierta disminución de la potencia de tu coche y además el consumo también se ha elevado. Vas al mecánico, te lo revisan, analizan y diagnostican. Te llaman del taller y te sueltan que la válvula EGR se ha convertido en un problema serio, que hay que reparar. Vayamos por partes:
Es un dispositivo encargado de la recirculación de gases que se emiten tras la combustión en el motor. Los principales gases contaminantes que nuestro coche despide nada mas arrancarlo son: Monóxido de carbono (CO), hidrocarburos (HC), partículas en suspensión (PM), especialmente y óxido de nitrógeno (NOx). Y de este ultimo es del que se encarga la mencionada válvula.
1Origen y finalidad de la válvula EGR
Este sistema anticontaminación aparece en el mundo del automóvil durante la década de los años 60 del siglo pasado, concretamente en EEUU y no es hasta los años 90, cuando Europa se hace eco del mecanismo y adopta el montaje en la fabricación, especialmente en los coches de combustible diésel y algunos de gasolina.
Sirve para controlar y reducir los niveles de los gases contaminantes, principalmente los de óxido de nitrógeno (NOx). Su misión es ambiental y consigue paliar la contaminación, por lo tanto es un sistema que realmente funciona y reduce bruscamente la contaminación del motor.