Con Alpine fue ‘El Plan’. Con Aston Martin para algunos, es ahora ‘La Misión’. La segunda etapa de Fernando Alonso tras su retorno a la Fórmula 1 ha levantado grandes expectativas entre los aficionados, en parte alentadas por las primeras impresiones del piloto español tras la prueba con el AMR22 dos días después de acabar la actual temporada. ¿Existen razones para un nuevo optimismo? Porque la experiencia reciente de Alpine no justifica las levantadas en su día desmentidas por la decepcionante fiabilidad del monoplaza francés, entre otras razones.
Una de las principales razones de la vuelta de Alonso venía justificada por la nueva reglamentación de monoplazas que, se suponía, podría revolver la jerarquía de los últimos años. El retraso a 2022 de la entrada en funcionamiento de los ‘wing car’ llevó a que las esperanzas se centraran en el A522, nacido bajo la nueva concepción. Durante 2021 crecía de forma espontánea entre los aficionados esa ilusión bautizada considerada ‘El Plan’, una suerte de planificada estrategia que devolvería al éxito a equipo y piloto. Incluso el monoplaza francés incorporaba el lema en su alerón trasero en algunas de las últimas carreras de 2021. Ya conocemos el resultado: Alonso ha vivido una de las peores temporadas en la Fórmula 1 por la fiabilidad, solo superada por los caóticos tiempos de McLaren y Honda.
Fernando Alonso se siente cerca de su mejor nivel
“Las últimas carreras, como México o Austin o Brasil, creo que estoy más cerca del nivel de 2012 o 2010 que el año pasado cuando no tenía el control de todo. El año pasado (2021) no estaba cien por cien confiado con el monoplaza o mi regreso. Estuvo bien, pero este año estoy mucho más al día y mucho más orgulloso de cómo ha sido todo». Alonso reconocía al terminar la temporada sentirse el más alto nivel de su carrera, y sus actuaciones en pista lo han confirmado a pesar de sus 41 años. Al bajarse del Aston Martin, ese Fernando Alonso en plena forma parecía sintonizar con un nuevo proyecto como en el pasado con Alpine. ¿Hasta qué punto resulta realista crear nuevas expectativas bajo ese otro nuevo lema de las redes sociales bautizado ahora como ‘La Misión’?
En primer lugar, convendría distinguir entre las distintas áreas de rendimiento de un equipo, que en último término se plasman en su máquina de carreras. No siempre el potencial se corresponde con la realidad. Véase el ejemplo de Mercedes en 2022. Así que sobre la calidad del monoplaza de Alonso en 2023 todo son especulaciones. “El coche de este año no tiene nada que ver con el que llevaremos el próximo año”, avisaba el español. “No se trataba de coger confianza con el coche (AMR22), porque el próximo (AMR23) no va a ser la continuación de este coche, ni nada parecido”. Confirmaba así lo anunciado por el equipo este año, en el sentido de que el monoplaza del próximo nada tendrá que ver con el actual. Sí dejó caer la puya -mirando hacia Alpine- de haber quedado sorprendido por la extrema durabilidad del motor de Mercedes cuando le apuntaron el alto kilometraje que tenía la unidad de potencia utilizada y aún así completar 97 vueltas con un buen rendimiento.
El potencial del nuevo coche de Fernando Alonso es una incógnita
Sin embargo, a pesar del potencial, el futuro AMR23 es todavía una incógnita. En su creación participarán los nuevos fichajes técnicos de alto nivel del equipo, como Dan Fallows (responsable de aerodinámica) y Andrew Alessi de Red Bull Eric Blandin de Mercedes, y Luca Furbatto desde Alfa Romeo, entre otros fichados recientemente. La de 2023 podría resultar una máquina extremadamente competitiva, o una simple evolución respecto a la de este año. Considerar de antemano que podría tratarse de un coche de podio es prematuro como para lanzar las campanas al vuelo. Algo parecido deseaba Alonso con Alpine, y ya se conocen los resultados.
El evidente optimismo de Fernando Alonso con su nuevo equipo parecía justificarse en otras facetas. Como haber percibido las condiciones necesarias para crear en el futuro esa máquina competitiva gestionada, además, por un equipo de alta operatividad en pista. Porque Aston Martin es el equipo inmerso en mayor proceso de inversión de toda la parrilla actual. Empezando por una espectacular nueva sede, túnel de viento incluido, que entrará en funcionamiento en 2023. «Tienen mucha gente nueva, gran talento, nuevas instalaciones, así que parece que unirse en este momento donde podemos hacer algo juntos y quizás ser campeones del mundo. Algún día”.
Elogios de Fernando Alonso a Aston Martin
A margen de las cortesías propias del momento, Alonso se deshizo en elogios ante lo visto entre bastidores. Con experiencia en Minardi, Renault, Ferrari, McLaren y Alpine, el piloto español disfruta de una inigualable vara de calibrar el funcionamiento y potencial de un nuevo entorno. «Cuando firmé para Aston Martin estaba feliz al 90 por ciento. Cuando empezaron a mejorar y terminaron la temporada mucho más competitivos, yo estaba al 100 por 100. Y después de esta jornada ya me siento por encima del 100”, reconocía Alonso al terminar su primera jornada de contacto.
Hubo un buen número de aficionados en las redes sociales que se dejaron llevar por la euforia ante semejantes palabras. Con tal bagaje a sus espaldas (por no hablar de la experiencia en Indianápolis o con Toyota en el WEC y Le Mans), la satisfacción de Alonso parecía centrarse más en los mimbres con los que se hará el el cesto del AMR23 y sucesivos monoplazas. Es decir, la calidad profesional de sus miembros, los procedimientos, los sistemas de organización y trabajo… “No puedo pasarme de exceso de confianza, porque todo va a cambiar el próximo año, pero la sensación que tuve en el garaje con los chicos y el potencial del equipo, el talento que veo en la parte de ingeniería es sobresaliente. Ahora mismo, estoy muy, muy feliz”.
Magnífica señal para la que será su última aventura en la Fórmula 1. Pero no suficiente. El pasado es el mejor profesor para evitar lanzar otra vez las campanas al vuelo, y recordar que “El Plan” también puede convertirse en “El Flan”.