Aunque todos tengamos a la DGT como un organismo sancionador, la realidad es que su cometido va más allá… Creado en 1959, su finalidad es el «desarrollo de acciones tendentes a la mejora del comportamiento y formación de los usuarios de las vías, y de la seguridad y fluidez de la circulación de vehículos y la prestación al ciudadano de todos los servicios administrativos relacionados con las mismas».
En este ‘acta’ fundacional, vemos cómo no aparece por ningún lado, el carácter sancionador con las actitudes al volante que no están acordes a las normas. Pero la mayoría de los conductores y ciudadanos se quedarían únicamente con este aspecto de las multas como el principal cometido del organismo que dirige Pere Navarro.
La DGT trabaja por la educación y la convivencia vial
A fuerza de ser justos, en la DGT se trabaja también por la educación vial como uno de los puntos fundamentales no solo mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes y los índices de siniestralidad. También quiere crear las condiciones idóneas para que la convivencia vial sea una realidad. Porque todos los días millones de personas se lanzan a las calles y carreteras a compartir el espacio. Y ahí siempre pueden surgir problemas.
“Las vías públicas son un espacio que todos debemos compartir. Todos los que las usamos debemos ser conscientes de ello y debemos adoptar conductas que nos ayuden a usarlas de una forma segura, cómoda y fluida”, díce la DGT en su página web. Y para conseguir esto, el organismo que regula la movilidad da una serie de recomendaciones y consejos para que la convivencia vial sea una realidad.
Una correcta actitud al volante es lo que, según la DGT, garantizará “que nuestro viaje sea feliz y, lo que es más importante, que lleguemos a nuestro destino”.
Estas son las 10 claves que, para la DGT, identifican al buen conductor
1.- Circular por la derecha respetando los límites de velocidad.
2.- Mantener la distancia de seguridad correcta, tanto lateral como frontal.
3.- Descansar cada dos horas y tantas veces como sea necesario.
4.- Circular cumpliendo las normas y señales de tráfico por convencimiento, no por temor o miedo a la multa.
5.- Conducir de forma segura, sin ocasionar perjuicios ni molestias a los demás usuarios, siendo respetuosos y solidarios con los demás.
6.- Adelantar correctamente y solo si es necesario, por ejemplo, no adelantar si vas a detenerte unos metros más adelante.
7.- Respetar la prioridad de paso.
8.- Llevar una conducción tranquila, sin forzar al máximo nuestro vehículo. No debemos olvidar que el vehículo es una máquina que por desgaste puede no respondernos cuando sea necesario.
9.- Prestar la máxima atención a las indicaciones de los agentes y no olvidar que están para ayudarnos y auxiliarnos. Deberemos estableces con ellos una relación de respeto, confianza y corresponsabilidad en el tráfico y nunca de temor o resentimiento.
10.- Nos comunicaremos con los demás usuarios según lo establecido por las normas (con los indicadores luminosos, claxon…) y solo cuando sea necesario para la buena marcha de la circulación. Toda comunicación con malos gestos o modos, o a base de insultos o improperios no hace más que enrarecer el buen clima necesario para una buena seguridad vial.