Por fin el invierno ha llegado, y con él las Navidades. Comidas, cenas, fiestas de empresa, incluso el ansiado sorteo del «gordo de Navidad». ¿Ya sabes como acaba todo esto? Pues en muchas ocasiones NO, pero si que sabes como empieza. Besos, abrazos, y la primera copa o cerveza.
1Seguimos conduciendo después de beber
Como viene siendo tradicional, en estas fechas los desplazamientos en coche se multiplican y ante esta eventualidad la DGT, sale a las calles y carreteras para ejercer su labor de prevención y vigilancia. Son demasiados los conductores irresponsables, que tras una buena fiesta, se arman de imprudencia y con las manos en el volante inician el regreso a casa o el traslado a otros puntos, donde sin tregua continuar las celebraciones.
Demostrado está que el alcohol o las drogas afectan a la capacidad de respuesta ante situaciones de riesgo cuando conducimos. Debido a que los siniestros no descienden e incluso aumentan en ciertos sectores de la población que conduce, como es es el caso de la juventud en sus nuevos y ya aceptados medios de transporte, la ley de trafico que se modifico en los primeros meses del año que esta a punto de terminar, endurece las sanciones de los ilícitos mas típicos en estas ocasiones.
Conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes y las distracciones al volante por llamar con el móvil e incluso tan solo sujetarlo con las manos, son las mas comunes.
