Seguramente los conductores más veteranos recuerden las siglas GSi asociadas a modelos míticos de Opel, como el Kadett. Quizás sea algo ya impensable como tal, pero la marca alemana ha recuperado el concepto de deportividad asociado a la electricidad. Por eso recurre ahora a la denominación GSe (Gran Sport Electric), una ‘submarca’ con entidad propia que salpica, de momento, al Opel Astra GSe (incluida la versión familiar Sports Tourer) y al Grandland GSe, asociados a sus mecánicas híbridas enchufables más potentes.
Estos dos nuevos modelos son los que hemos tenido ocasión de probar. El objetivo de Opel es convertirse en una marca totalmente eléctrica en Europa en 2028. Pero eso no implica que se renuncie a pasar un buen rato al volante.
Para ello tanto el Opel Astra GSe como el Grandland GSe recurren a soluciones específicas que incrementan su deportividad. La primera es el diseño, evidente, aunque no demasiado agresivo, dicho sea de paso. También cuentan con una puesta a punto de chasis y dirección específica, además de presumir de las variantes PHEV más potentes en sus respectivas gamas.
Diseño específico para la gama Opel GSe
La puesta en escena GSe es clara. Más allá del logo específico, exteriormente incorporan un paragolpes delantero diferente, un difusor trasero y nuevas llantas de aleación de hasta 18 pulgadas (19 en el Grandland) optimizadas de cara a la aerodinámica. Punto.
Tampoco se tira la casa por la venta en el interior a la hora de marcar distancias. Si por fuera la marca de la casa es el sello ‘Opel Vizor’ en el frontal, por dentro mantiene la puesta en escena ‘Pure Panel’, que recurre a una doble pantalla en el salpicadero, de 10 pulgadas por unidad, para ofrecer la información del cuadro y del sistema multimedia.
Personalidad propia tienen los asientos en Alcantara de corte deportivo y exclusivos para la gama GSe. Sujetan de maravilla, pero no descuidan el confort o la ergonomía. Por eso presumen del certificado AGR, que es sinónimo de un máximo cuidado para nuestra espalda a la hora de pasar muchos kilómetros al volante. Y precisamente este último, calefactado y multifunción, también deja ver el sello GSe.
Opel Astra GSe, un PHEV con 225 CV
Bajó el capó nada nuevo, aunque sí que desde ahora la máxima expresión en cuanto a rendimiento en sus respectivas gamas PHEV sólo se asociará a las siglas GSe. El Astra GSe y el Astra Sports Tourer GSe presumen de un sistema híbrido enchufable que rinde 225 CV y 360 Nm de par máximo.
El motor de gasolina de 1.6 litros ofrece 180 CV y el eléctrico aporta otros 110 CV. La batería de iones de litio tiene una capacidad de 12,4 kWh, y eso le permite homologar una autonomía exclusivamente eléctrica de hasta 64 kilómetros. En una toma de carga de 7,4 kW (el máximo que admite) la pila se carga en 1 hora y 55 minutos.
El rendimiento es magnífico. Alcanza una velocidad máxima de 235 km/h (hasta los 135 km/h si vamos en eléctrico) y acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos. Son cifras de la versión ‘hatchback’ 5 puertas. El consumo medio combinado es de 1,1 litros cada 100 kilómetros, aunque la homologación en este tipo de vehículos no es del todo franca.
Opel Grandland GSe, 300 CV y tracción total
Por su parte, el Opel Grandland GSe incrementa la potencia hasta los 300 CV y el par máximo hasta los 520 Nm. Además presume de tracción total gracias a la incorporación de un segundo motor eléctrico, que da vida al eje trasero.
En este caso también se recurre a un propulsor de gasolina de 1.6 litros, pero la potencia es de 200 CV. El motor eléctrico delantero mantiene los 110 CV, y el trasero aporta otros 113 CV. A pesar de su mayor tamaño y peso, este modelo firma la misma velocidad máxima (235 km/h) y mejora las cifras de aceleración: sólo necesita 6,1 segundos para llegar a los 100 km/h desde parado. El consumo medio es de 1,2 litros.
La batería tiene una capacidad de 14,6 kWh y con ello firma una autonomía exclusivamente eléctrica de 66 kilómetros. Carga a la misma capacidad que el Astra (hasta 7,4 kW) y en 2 horas se completa la recarga.
Como ya comentamos anteriormente los ajustes en el chasis marcan la diferencia respecto a otras versiones. Ambos modelos incorporan unos amortiguadores específicos KONI FSD (Frequency Selective Damping), que combinan un manejo más preciso o un mayor confort en función de las necesidades de uso. En cualquier caso los muelles son un 11 por ciento más firmes, la altura del conjunto se rebaja 10 milímetros, la dirección es un 9 por ciento más rápida y precisa, mientras que los frenos también se han optimizado.
Prueba del Opel Astra GSe
Todo esto está muy bien, pero es teoría. En la práctica tanto el Astra GSe como el Grandland GSe convencen por su rendimiento, maneras dinámicas y consumo. Cierto que no hay que esperar una respuesta de un purasangre, porque no lo son.
El asistente de conducción nos permite elegir entre los perfiles Sport, Híbrido y Eléctrico. Con el primero todo resulta más inmediato. Sin ponerte contra las cuerdas, los dos modelos salen con gran solvencia al pisar el acelerador y firman adelantamientos en un abrir y cerrar de ojos.
El cambio automático eAT8 en ambos modelos nos permite cambiar de manera secuencial en las levas del volante. El salto entre las 8 velocidades es suave y refinado, y evita caídas de régimen preocupantes.
En cualquier caso hablamos de vehículos con un peso ya considerable, lastrados por sus baterías (más de 1.700 kilos el Astra GSe con lo puesto). Aún así ofrecen una sensación de aplomo considerable y neutralizan en gran parte los balanceos. El Astra es más ágil, lógicamente, pero el Grandland GSe neutraliza en parte su mayor corpulencia e inercias con el aporte de la tracción total. Además añade un modo de conducción 4×4 específico.
Consumos convincentes
En cuanto al consumo, éste es una especie de montaña rusa porque depende de muchos factores: la carga de la batería, el tipo de conducción, el perfil del recorrido… Ya analizaremos con calma este aspecto cuando probemos ambos modelos a fondo en nuestro circuito. Durante el recorrido, el Astra Sports Tourer GSe tuvo variaciones entre los 3,0 litros con algo de carga en la batería, y los 7,0 litros sin energía en la pila. Pero son cifras orientativas y no muy precisas.
Nos queda por analizar el precio y su completa dotación. Como muestra un botón. El Astra GSe viene de serie con el sistema Intelli-Drive 1.0 con alerta de colisión frontal y frenada activa de emergencia, detección de peatones y somnolencia, alerta de salida de carril y asistente de señales de tráfico, alerta de tráfico transversal y de ángulo muerto lateral y asistente automático de velocidad con función de parada.
En materia de conectividad el sistema de navegación multimedia, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, incluye pantalla táctil en color de 10 pulgadas y la pantalla de información al conductor de 10 pulgadas (de 12 pulgadas en el Grandland GSe). Los smartphones compatibles también pueden cargarse fácilmente mediante carga inalámbrica en la consola central.
Precios de la gama Opel GSe
El precio del Astra GSe es de 40.900 euros y el del Grandland GSe está a la venta por 57.600 euros. Esas cantidades serán más atractivas si aplicamos los descuentos de la marca y las ayudas del Plan Moves a los que ambos modelos se puede acoger. El precio de la variante Sports Tourer estará unos mil euros por encima de la del 5 puertas. La gama GSe llegará en primavera.