Anfac acelera para tratar de recuperar el tiempo perdido. El proceso de electrificación del mercado está dejando atrás a España, con una cuota de ventas de coches eléctricos que cada vez se aleja más de la media europea y de los países que están en vanguardia. Y con una cifra de ventas que no sostendrá las posibles inversiones de los fabricantes para seguir atrayendo la fabricación de nuevos modelos a nuestro país.
La Hoja de Ruta 2023-2025, presentada hace unos días por Wayne Griffiths, presidente de Anfac, arropado por toda la junta directiva de la asociación, quiere poner soluciones y dar ideas para que España dé el salto que, entre otras cosas por la regulación europea, es obligatorio para poder alcanzar los objetivos de 2030. No hay vuelta atrás ni tiempo que perder, porque Europa se está partiendo en dos en la penetración de electrificados y España está claramente en el furgón de cola.
Para Anfac, España se queda en el furgón de cola de la electrificación
José López-Tafall, director general de Anfac, nos comenta esta doble velocidad. “Los últimos datos de electrificación vemos que la media europea de vehículos BEV y PHEV ha subido hasta el 21,6 por ciento, la cifra que tiene Francia, que es el anterior a nosotros. Y nosotros estamos en el 9,6 y a partir de aquí Italia es el otro grande que está con nosotros. Portugal, por ejemplo está por arriba”. Esta política de presión está partiendo en dos el continente, en el que se aprecian cada vez más las diferencias entre los países que han hecho sus deberes con la electrificación y los que lo tienen en tareas pendientes.
Para Anfac, como comenta su director general, esto debe ser una prioridad, un proyecto de país, porque el sector del automóvil es la primera industria de España y el segundo sector económico tras el turismo, supone un 9 por ciento del PIB, es el que más aporta a la balanza comercial española… “Nos estamos jugando el futuro de dos millones de empleos; los franceses lo tienen clarísimo, en Alemania se reúnen los cuatro grandes grupos automovilísticos con el canciller Scholtz… y nosotros aquí tenemos un gobierno que está repartido y que a veces no tiene una visión única”.
Por eso desde Anfac tratan de coordinar los objetivos y los planes; sin hacer experimentos, simplemente aplicando medidas que han funcionado en todos los países que están en el grupo de cabeza. “Nadie está mirando qué medidas hacen falta para empujar”, comenta Tafall, lo mismo que nadie hasta ahora ha puesto una cifra de cuántos cargadores son necesarios en nuestro país ni de a qué ritmo hay que instalarlos. En Anfac han hecho ese ejercicio de cuantificar los cargadores porque, como dice López-Tafall “por lo menos tengamos nosotros nuestros números, pero seguimos sin tener unos mapas en España con los puntos de recarga ni los objetivos”. Algo muy diferente a Alemania, por ejemplo, donde “se ha creado una sociedad estatal en la que ingenieros y algoritmos de inteligencia artificial analizan el tipo de tráfico y dónde va para instalar los puntos de carga necesarios para esa demanda.
Las ventas de electrificados y la infraestructura, claves para Anfac
La infraestructura de recarga es uno de los punto estrella de esa Hoja de Ruta que López-Tafall analiza. Pero también están los estímulos a la compra, que deberían ayudar a hacer crecer un mercado que, con 800.000 coches vendidos no puede sobrevivir, “si queremos fabricar coches eléctricos en España, hay que venderlos”, comentaba Wayne Griffiths durante la presentación de la Hoja de Ruta. Es urgente tomar medidas que incentiven la compra para intentar llegar a los 1,2 millones de vehículos vendidos al año que sería la cifra normal de un mercado como el español.
Pero para eso hay que poner en marcha incentivos fiscales que no tributen en el IRPF para aprovechar al máximo las cantidades subvencionadas para que el cliente se lance a la renovación de su coche. Hay que ayudar, porque, para López-Tafall, se está creando una demanda artificial.
Por eso además, de aprovechar los recursos al máximo hay que hacer planes más sencillos y rápidos de gestionar. “De un Moves pasamos a tener 17 por la necesidad de que los gestionaran las comunidades autónomas y despúes se convirtieron en 34 al desdoblar los vehículos industriales”, comenta el director general de Anfac. “Así no vamos bien”, comenta López-Tafall, “por eso habrá que hacer cosas diferentes”.
El reto es muy importante y de él depende el futuro de una industria de la que dependen millones de familias. Es un reto de país que necesita una respuesta coordinada y definir el modelo de movilidad que se quiere “llevamos dos años pidiendo que haya una mesa de la industria de automoción que coordina el gobierno que tenga una sola visión”.
Aterrizando todo esto en el comprador, López-Tafall ve cómo los clientes “tienen un batiburrillo mental bastante superior a todos los colegas resto de países, no saben qué hacer cuando oyen ataques contra el vehículo privado, aunque sea limpio”. Y termina con una reflexión: “que la gente tenga libertad para elegir el coche o el vehículo con el que se quiere mover, nunca a nadie lo obligaron a comprar un coche”.