No solo es que la edad del parque automovilístico español siga creciendo, sino que, además, un porcentaje importante de los coches que circulan por nuestras carreteras, lo hace con daños que pueden poner en riesgo la seguridad vial. Según acaba de hacer público Autoscout24, el portal especialista en vehículos usados de Sumauto, a partir de los datos de CARFAX, son un millón y medio los coches que circulan por nuestras carreteras con un daños provocados por accidentes o golpes previos.
Esta llamativa cifra supone un 6,5 por ciento de los 25 millones de turismos que circulan por las carreteras españolas. El estudio se ha llevado a cabo a través del análisis del historial de más de 900.000 vehículos, y da como resultado ese porcentaje de coches que, pese a presentar defectos, siguen en circulación.
Además, se alerta de que no solo estamos hablando de los coches de procedencia nacional; porque también en muchos casos los importados vienen con problemas; en este caso, según el estudio, el 10 por ciento arrastran algún tipo de defecto que compromete la seguridad y los convierte en un peligro rodante.
Los coches importados también vienen con problemas
A lo que habría que añadir en el caso de los modelos importados, que a veces traen otros problemas que pueden convertirse en un fraude, pues estos coches pueden haber sufrido una manipulación del velocímetro con el clásico ‘afeitado’ de kilómetros, o problemas aún más graves, como daños estructurales o averías ‘escondidas’.
El resultado de todas estas actuaciones es, en realidad, siempre el mismo, el grave perjuicio que supone que sigan circulando con ‘impunidad’ para la seguridad vial de los españoles. Y la muestra es clara y la certifican los datos de siniestralidad de la DGT, que cuantifica en un 10 por ciento de aumento los fallecidos en accidentes a bordo de turismos durante el pasado año.
La situación económica, con la escalada de precios de los coches, y la falta de suministros o problemas logísticos que sufren los fabricantes, no parece que vayan a ayudar a mejorar esta situación. De hecho por cada vehículo nuevo se venden dos usados; y entre estos, los coches de más de diez años comprados entre particulares son los que triunfan. Es más, de todas las transacciones entre particulares, un 10 por ciento son de coches que suman dos décadas de vida.
El aumento del precio de los coches también frena las ventas
La comentada falta de stock de coches nuevos está detrás, pero también el incremento de los precios que ha llegado a que la media de lo que se paga por un coche nuevo, según los datos de la Agencia Tributaria, sea de 22.000 euros. Eso obliga a repensar y aplazar la compra de un coche nuevo porque no todas las economías, pueden afrontar ese gasto.
Y mientras llega esa compra, la solución más habitual es ‘ir tirando’ con el coche que uno tenga –de edad más que avanzada, sin duda- o cambiar buscando una alternativa lo más económica posible comprando un usado… Coches que, en muchas ocasiones ya vienen con esos defectos que hacen que su circulación no dé la suficiente confianza.
Hay, además, otro condicionante que no ayuda a cambiar esta tendencia. Las nuevas exigencias y restricciones a la circulación en las ciudades, también generan incertidumbre a la hora de comprar, porque no todo el mundo tiene claro qué se va a poder conducir y qué no, en las Zonas de Bajas Emisiones que entran en vigor este año en 150 ciudades española de más de 50.000 habitantes.
La realidad es que si la tendencia no cambia, España seguirá sumando años a la edad de su parque automovilístico y eso será una malísima noticia. Porque, como comenta Ignacio García Rojí, portavoz de Autoscout24, “Quizás la mecánica y un correcto mantenimiento permita seguir circulando por muchos años y es cierto que cada vez los vehículos duran más, pero eso también implica más achaques y, por tanto, no rodar en las mejores condiciones”.