El SUV, que entró en el mercado para intentar armonizar la lógica y la emoción de aquellos conductores que pedían a un coche la versatilidad máxima, ha conseguido copar la tendencia comercial hasta el punto de que, en 2022, de cada dos coches vendidos, uno estaba en la categoría. Para muchos expertos el «todoterreno» que no sirve para hacer todoterreno, tiene otras cualidades que lo hacen realmente ventajoso pero un hándicap importante, y es el consumo de neumáticos.
1Sacrificando prestaciones por estética
Es innegable que la estética de esta categoría atrae al conductor. Diseños actuales, altura, capacidad motriz aceptable, consumos estables aunque muy relativos, tecnología punta y un precio medio frente a los grandes y puros todoterrenos, consiguen que esta carrocería, capaz de entrar en zonas agrestes, circular en vías rápidas y transitar en ciudades, sea la opción mas demandada por el conductor medio y de renta estable, bien como vehículo principal o segundo coche.
Lo que no se tiene en cuenta en todos los casos es que la aerodinámica, la estabilidad y sus prestaciones, se sacrifican por lo irracional de disfrutar de una estética atractiva. Pero especialmente, lo que no se advierte por parte de estos compradores, es que el desgaste de neumáticos en los SUV es mas elevado, lo que se traduce en mas gastos de mantenimiento y de atención.