La subasta de Amelia Island, una de las más importantes del mundo y que concentra a los coches más exclusivos con el mayor número posible de compradores, tenía este año una joya que brillaba por encima de todas: un Ferrari 250 GT SWB California Spider de 1962 que aspiraba a ser subastado por unos 20 millones de dólares.
Un precio que debía corroborar el valor de una auténtica joya creada entre Ferrari y Scaglietti. Porque de esa colaboración con Carrozzeria Scaglietti salieron algunos de los deportivos más recordados de la marca del Cavallino; con especial atención a los elegantísimos 250 GT que demuestran que en el diseño las líneas simples –bien trazadas, por supuesto- son sinónimo inequívoco de distinción.
El Ferrari 250 se pensó para el mercado estadounidense
El Ferrari 250 GT SWB California Spider de 1962 es una rara avis dentro de la familia de los 250 GT, porque estaba construido específicamente para el mercado estadounidense y se basaba en el chasis de batalla larga (LWB), sobre el que Ferrari introdujo una variación con batalla corta (SWB) en 1960 para complementar el lanzamiento de la Berlinetta, que se basaba también en esa batalla corta. Eso dio lugar un chasis más sofisticado, con frenos de disco en las cuatro ruedad, neumáticos Dunlop y una suspensión más refinada. Además de nuevos motores.
Esta carrocería realizada por Scaglietti sirvió para ofrecer una apariencia más agresiva y deportiva, con líneas elegantes pero más rotundas, defensas curvadas o un interior más lujoso. Y con esta base, la producción de 250 GT California Spider llegó a las 106 unidades entre 1957 y 1963. Cincuenta de ellos realizados sobre la plataforma larga y 56 de la variante final SWB.
Y esta unidad en concreto tenía dos características que lo hacían aún más exclusivo porque era uno de los únicos 37 ejemplares que contaban con el diseño del faro cubierto. Por no hablar de que contaba con un color muy peculiar, un tono aguamarina denominado Azzurro Metallizzato.
18 millones de dólares se han pagado por este Ferrari
Suficientes argumentos para conseguir una valoración récord, aunque finalmente no se alcanzaron los 20 millones de dólares que se anunciaban. Pero los 18 millones conseguidos por este modelo son una cifra récord que Gooding & Company, consiguió con este coche, son una cifra récord en las subastas de Amelia Island.
Una culminación a una trayectoria vital, la de este Ferrari cuya restauración se completó en 2004, y esta unidad con el número de chasis 3099 GT hizo su debut en el ‘40º Anual Ferrari Club of America National Concours’ en el Quail Lodge de la localidad californiana de Carmel.
Y a partir de ahí comenzó una carrera de exposición en exposición en la que ha levantado admiración y ha logrado premios por todo el mundo. Apenas dos años más tarde, en 2006, se exhibió en el Pebble Beach Concours d’Elegance y en el Clásico Cavallino en Palm Beach, donde ganó un Premio Platino y la prestigiosa Copa de Jueces.
No solo, premios, también el reconocimiento a una restauración que mantiene la esencia y las características originales de este modelo. En 2008 se le concedió la certificación Ferrari Classiche Red Book confirmando que todavía conserva su chasis original, carrocería, motor, caja de cambios, eje trasero y componentes auxiliares.
Desde ese momento ha ocupado un lugar central en una de las colecciones Ferrari más importantes de Estados Unidos, y rara vez se ha mostrado públicamente. Ahora, será su nuevo propietario el que pueda disfrutar, sin cortapisas de esta auténtica joya creada entre Ferrari y Scaglietti.