El Porsche Cayenne es algo más que un SUV; al menos en su primera generación, e incluso en la segunda. Y es que, a pesar de lo que su imagen pueda transmitir, técnicamente hablamos de un modelo que cuenta con más recursos off-road que muchos todoterrenos de renombre.
Así, el Porsche Cayenne dispone de tracción total permanente, reductora, bloqueo de los diferenciales central y (opcionalmente) trasero, suspensiones de amplio recorrido (disponibles también con altura variable) y un sinfín de recursos que hacen del vehículo alemán un auténtico todoterreno… Incluso, en su momento, era posible montar neumáticos todoterreno y una rueda de repuesto en un soporte específico en el portón.
Lanzado a finales del año 2002, el Porsche Cayenne I (9PA) fue un auténtico hito; un modelo con unas soberbias capacidades todoterreno que además ofrecía una gran habitabilidad sin renunciar a cierto “carácter” en asfalto, ampliando el espectro de clientes de la firma de deportivos alemana.
En 2007 experimentó una importante renovación de gama, y precisamente dos unidades de esta segunda fase son las escogidas por Stefan Bogner, director de la revista Curves, para liderar un viaje con el que recordar lo que aquella primera generación del Porsche Cayenne era capaz de hacer.
Por la Patagonia a bordo de dos Porsche Cayenne I
Los dos Porsche Cayenne elegidos sumaban más de 130.000 kilómetros en sus odómetros cuando emprendieron un recorrido de 3.500 km por la carretera austral desde Puerto Montt (Chile) hasta Ushuaia (Argentina).
Los vehículos contaban con llantas y neumáticos para uso todoterreno (opción disponible, en su momento, de fábrica). También se les había dotado de portaequipajes, tienda de techo, estribos laterales y protecciones en los bajos, accesorios todos ellos oficiales del catálogo de Porsche Tequipment.
Bariloche, Llanquihue (el primero de los muchos lagos de diferentes colores que separan Chile y Argentina), las cataratas de Petrohué y el volcán Osorno eran algunos de los hitos por los que discurría la ruta elegida para explorar el “fin del mundo”.
Las interminables carreteras de curvas de la cordillera de los Andes, los paisajes estremecedores de los parques nacionales Puyehue, Nahuel Huapi y Perito Moreno hacían que el inicio del viaje fuera único.
No faltaron en este recorrido una visita al lago Nahuel Huapi ni al Cerro Catedral, todo ello aderezado con un asado de cordero patagónico, chocolates artesanales o los famosos alfajores con dulce de leche, sin olvidar una copa de vino tinto local.
Las frías temperaturas de los Andes, un cielo plomizo, algo de lluvia y el graznido de las gaviotas pusieron la nota dramática a un recorrido en el que los Porsche Cayenne recorrieron parte de la mítica Ruta 7 o Carretera Austral, una de las más célebres del mundo por los extraordinarios paisajes que atraviesa.
Dos Porsche Cayenne “básicos” con rumbo a haru-Oni
Para este viaje, se recurrió, además, a dos unidades del Cayenne “a secas”, la versión básica del modelo, propulsada en esta segunda fase por un V6 3.6 atmosférico de origen Volkswagen que desarrollaba 290 CV (213 kW) y 385 Nm.
Un viaje en ferry desde La Arena a través del fiordo de Reloncaví permitía proseguir hacia el sur en un escenario en el que las grandes masas de agua y las no menos imponentes montañas nevadas se hacían con el protagonismo.
Una nueva travesía marítima desde Cholgo hasta Pillán, con vientos gélidos a pesar de haber escogido el verano como época para realizar el viaje, ponía a los Porsche Cayenne de vuelta en la carretera para tomar un tercer ferry en la desembocadura del río Reñihué y recuperar la Ruta 7.
La ciudad de Chaitén y su volcán Michinmahuida, con una cumbre ubicada a 2.450 metros de altitud, fueron otro de los hitos de la ruta; un volcán cuya erupción, en mayo de 2008, cambió la fisonomía de un lugar que contaba con cinco millares de habitantes y hoy se encuentra casi despoblado.
Recorriendo con solvencia la grava (conocida allí como “ripio”) de la carretera Austral, los Porsche Cayenne se acercaron hasta el volcán Corcovado, con sus 2.300 metros de altitud, para pasar posteriormente por el lago Yelcho, caracterizado por sus aguas de color verde esmeralda. Cruzar el lago por un viejo y estrecho puente colgante fue uno de los momentos más emocionantes de la ruta.
Comienza la ruta off-road con los Porsche Cayenne
Aquí comenzaba la parte off-road del recorrido, atravesando tramos embarrados, caminos con grandes socavones e interminables pistas de ripio. Este esfuerzo permitía al convoy acercarse al fiordo Piti Palena y disfrutar de la pesca en los lagos; un entorno perfecto para descansar en la tienda de techo de Porsche Tequipment y dormir bajo las estrellas en total silencio.
A partir de aquí, el camino hacia el sur depara escenarios increíbles en el valle del río Cisnes, la ciudad de Coyhaique (toda una metrópolis, con sus casi 60.000 habitantes, en medio de la nada), Cochrane, el fiordo Tortel, el majestuoso Cerro Torre (con su cumbre blanca a 3.133 metros de altitud) y, finalmente, el glaciar Perito Moreno con su hielo blanco y azulado.Como no podía ser de otra manera, el viaje acaba en un lugar icónico para Porsche: la planta piloto de e-fuel Haru Oni, donde la firma alemana fabrica ya el combustible sintético que, junto con la electrificación de sus automóviles, forma parte de la estrategia de descarbonización de Porsche.