El sector del automóvil está experimentando este año un gran tirón en todos los sentidos. A los buenos datos de fabricación y ventas une ahora el de creación de empleo. Y es que el primer trimestre del año se cerró con un total de 578.900 empleos, lo que supone 23.300 trabajadores más en comparación con el mismo período del año anterior, incluyendo la producción, venta y reparación de vehículos.
La última Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada por el instituto Nacional de Estadística (INE), refleja que solo en el ámbito de la fabricación y venta de vehículos se incrementó un 5,13% el volumen de empleo en relación con los 555.600 puestos de trabajo con los que contaba en el primer trimestre de 2022. Además, en comparación con los últimos tres meses del año pasado, el crecimiento fue de 28.100 puestos de trabajo (+5,1%), según los datos recogidos por Europa Press.
Por otro lado, los niveles de empleo en el sector automovilístico nacional en el primer trimestre de 2023 son un 1,9% superiores a los de los tres primeros meses de 2019, año prepandemia y en el que se contabilizaron 568.000 empleos. También se sitúan un 0,88% por encima de los registros del mismo periodo de 2021 (573.800 puestos de trabajo).
Dentro del sector del automóvil, hay un ligero descenso del empleo en lo que se refiere a la industria de fabricación, que contaba con 220.000 personas en el primer trimestre del año, lo que representa una caída del 0,58% y la pérdida de alrededor de 1.300 puestos de trabajo. Por su parte, la fabricación de vehículos en España se situó en 658.282 unidades entre enero y marzo de 2023, un incremento interanual del 19,6%.
Por su parte, el sector de la venta y reparación de vehículos finalizó el primer trimestre del ejercicio actual con 358.900 empleos, lo que supone 24.600 puestos de trabajo más y una subida del 7,35% en la comparativa interanual.
Empleo ‘amenazado’ por la Euro 7
Un empleo que, según los fabricantes de vehículos, podría verse ‘amenazado’ por la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones Euro 7, cuya entrada en vigor está prevista para julio de 2025 y que establece unas normas más estrictas a la hora de medir las emisiones contaminantes. Según la industria, si esta norma se pone en marcha, hay un riesgo real de que se cierren fábricas y se pierdan miles de empleos en España.
Según explican, esta normativa afectaría más a los coches pequeños, que son los que se fabrican en España y también supondrá una subida del precio de los coches. Los fabricantes explican que, además, solo el 10% de los automóviles con motor de combustión que circulen en la Unión Europea en 2035 estarán incluidos en el ámbito de aplicación de la Euro 7.
Así, consideran que esta propuesta tendrá unos beneficios ambientales mínimos (un estudio reciente estima que la reducción máxima será del 4% en las emisiones de óxidos de nitrógeno, NOx) y corre el riesgo de «ejercer una presión innecesaria sobre los consumidores y desviar la inversión de las tecnologías de cero emisiones», explican en ACEA, la asociación de constructores de automóviles europeos.
