El Range Rover eléctrico oficial no existe aún, pero puedes hacerte con un Range Rover Classic 100 % eléctrico y llevarte a casa, además, un trocito de historia del automóvil en general y del todoterreno en particular.
Y es que el Range Rover es historia del todoterreno. Con permiso del Jeep Wagoneer SJ, que apenas tuvo difusión en Europa, fue el primer todoterreno de lujo y el primer TT con tracción total permanente. Pero entre sus virtudes nunca destacó por una buena economía de uso.
Nacido en 1970, el Range Rover “a secas” (rebautizado posteriormente como Classic o “clásico”) nació para ofrecer una alternativa al coetáneo Land Rover Series IIA que permitiera su uso diario en cualquier ámbito.
Suele decirse que el cliente tipo era un ejecutivo de Londres que lo usaba entre semana para ir al trabajo y en fin de semana para llegar a su segunda residencia en los Cotswolds, pero esa es una versión simplista que no encaja con el rotundo éxito de un todoterreno que llegó a ser tremendamente popular.
Dicho todo esto, se trataba de un vehículo con enormes virtudes, como sus capacidades fuera del asfalto o las razonablemente buenas prestaciones que ofrecía su motor V8 atmosférico de 3,5 litros que Rover había ido actualizando a partir del diseño original del motor Buick 215, nacido en 1960.
Sus 137 CV y alrededor de 250 Nm eran una cifra más que respetable a principios de los años 70 y conseguían mover con agilidad la relativamente ligera carrocería de tres puertas con la que fue lanzado el Range Rover. Pero para los estándares actuales, sus prestaciones son discretas, mientras que el consumo siempre fue su talón de Aquiles, con cifras de entre 15 y 20 litros de gasolina cada 100 km.
Un cruce de Tesla y Range Rover
Por todo ello, la idea de “electrificar” el Range Rover tiene más sentido de lo que parece, y para hacerlo, los responsables de Inverted (un taller británico ubicado en Oakham y especializado en estas “tropelías”) han optado por emplear los componentes del sistema motriz de un Tesla Model S, que dona al Range Rover, así, su motor de 450 CV y su batería de 80 kWh.
Con ellos, el Range Rover eléctrico logra acelerar de cero a 97 km/h (0-60 mph) en cinco segundos, al tiempo que su autonomía alcanza las 200 millas (más de 320 kilómetros). La primera es una cifra brillante tanto en términos absolutos como si pensamos que es bastante menos de la mitad de tiempo respecto al dato original (13,9 segundos).
Por su parte, la autonomía del Range Rover eléctrico, sin ser gran cosa, no es muy inferior a la autonomía real de uno de aquellos primeros Range Rover, si bien lo cierto es que resulta bastante más fácil repostar combustible que recargar la batería de un coche (o un todoterreno) eléctrico.
¿Cuánto cuesta el Range Rover eléctrico?
Si has llegado hasta aquí es que hemos captado tu interés lo suficiente como para que quieras saber cuánto cuesta este Range Rover eléctrico: 225.000 libras más impuestos, lo que en España, con su 21 % de IVA, supone algo más de 308.000 euros.
Hay que tener en cuenta que, aunque la cifra parece un poco elevada, la electrificación del Range Rover entraña una importante complejidad, muchas horas de trabajo y el reemplazo de numerosos componentes por otros reforzados o rediseñados.
Así, el sistema de tracción total permanente original del Range Rover se mantiene en el Range Rover eléctrico, y el motor de Tesla se instala en lugar del motor V8 original, acoplado a la caja de cambios, en lugar de ubicarse entre las ruedas traseras, como ocurre en el modelo norteamericano.
Obviamente, los ejes han sido reforzados para soportar los 600 Nm que desarrolla la máquina eléctrica. También se han montado frenos sobredimensionados Alcon y un conjunto de muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras de alto rendimiento, con una rigidez un 25 % superior para los elementos elásticos, que han de mantener la flexibilidad necesaria para proporcionar una motricidad adecuada fuera del asfalto al tiempo que deben contener los movimientos de una carrocería que presumiblemente se desplazará a mayor velocidad.
En el precio, por supuesto, se incluye el vehículo donante (un Range Rover clásico de tres o cinco puertas), así como la restauración integral del modelo original. Hay que tener en cuenta que tanto el 4×4 británico como los componentes de Tesla proceden del mercado de vehículos usados.
Inverted tiene previsto hacer seis unidades anuales de este restomod (mezcla de restauración y modificación), en cuyo interior no faltan un salpicadero revestido en cuero, una instrumentación renovada, conectividad con Apple CarPlay y Android Auto, así como cámara de marcha atrás.
La instalación eléctrica cuenta con un cargador embarcado de 6,6 kW, mientras que la capacidad de carga en corriente continua es de 100 kW, lo que permite cargar la batería del 20 al 80 % en 34 minutos; datos sensiblemente peores que los del Tesla Model S original pero suficientemente buenos como para que este Range Rover eléctrico sea plenamente funcional en el día a día, tal y como planteaba el diseño original.