Corría el pasado mes de abril cuando hablábamos de este sensacional Nissan GT-R R34, una particular criatura que nunca fue propiedad del difunto actor Paul Walker, pero si que tuvo el privilegio de conducir en la cuarta entrega de la ya legendaria saga Fast & Furious. Además de que estuvo bastante involucrado en su personalización para dicha película. Entonces decíamos que la exclusiva casa de subastas Bonhams le iba a buscar un nuevo hogar. Y así ha sido, aunque a un precio no apto para todos los públicos.
En España debes desembolsar unos 130.000 euros si te quieres hacer con un impresionante BMW M3 Competition xDrive Touring. Pues si multiplicas por diez esa cifra, prácticamente darás con lo que alguien ha desembolsado para llevarse a casa este particular Nissan GT-R R34 que ahora mismo tienes ante tus ojos. Y es que en la subasta que Bonhams organizó en Bruselas el pasado 5 de mayo, alguien pagó la astronómica cifra de 1.239.240 euros para hacerse con esta criatura.
Más de 1,2 millones de euros se han pagado por este Nissan GT-R R34
Con semejante cifra, se convierte en el Nissan GT-R más caro del mundo que se ha vendido en una subasta pública. Y es algo significativo si tenemos en cuenta que no se trata de una variante rara o limitada del Nissan GT-R. Ni tan siquiera de una versión Nismo. Porque esta criatura es un vehículo que en su día fue llevado desde Japón a Estados Unidos y actualizado por un preparador llamado Kaizo Industries.
A ellos recurrieron los chicos de la productora Universal Film Studios para modificar con la ayuda de Paul Walker este Nissan GT-R R34, quien tuvo carta blanca para componentes como un nuevo intercooler firmado por Turbonetics, un equipo de frenos Rotora, un sistema de escape Nismo NE-1… También se dice que su corazón RB26, equipado con dos turbocompresores, también fue mejorado, de manera que se habla de que puede generar una potencia entorno a los 550 CV, una cifra más que respetable para un deportivo con más de 20 años de historia.
Estuvo a punto de convertirse en chatarra
Pero este Nissan GT-R R34 también esconde una particular historia que daría como para escribir un libro, pues parece que entró de forma ilegal en Estados Unidos, de manera que tras rodar la cuarta entrega de Fast & Furious el vehículo fue incautado por el gobierno de los Estados Unidos y estuvo a punto de ser reducido a chatarra. Sin embargo en el último instante se salvo y acabó viajando hasta Alemania, donde ha permanecido el resto de sus días.
“Este es un resultado increíble, bien merecido para un automóvil tan icónico, no solo una de las estrellas de cine automotriz contemporáneas más famosas de una de las franquicias cinematográficas más grandes del mundo, sino el último ejemplo del poderoso ‘Godzilla’”, dijo Maarten Ten Holder, el directo de la división de automóviles de Bonhams. “Esta es una pieza genuina de la historia cinematográfica y moderna del automovilismo”.