“Creo que estábamos contra las cuerdas aquí». Christian Horner respiraba aliviado al terminar el Gran Premio de Mónaco. Su equipo acababa de lograr el pleno en 2023, seis victorias de seis carreras y Max Verstappen dominó de principio a fin. Los temores previos del británico nacían de una pista que, a priori, no favorecía a su RB19. No porque el monoplaza austríaco fuera a ir mal en las calles del Principado, sino porque no iba a arrasar como en el resto de pistas. Lo que era muy distinto.
Sin embargo, nadie esperaba que fuera Fernando Alonso el único responsable de mantener la presión sobre Red Bull durante todo el fin de semana monegasco. Ni Ferrari, ni Mercedes. “Sabíamos que este fin de semana iba a ser nuestro mayor desafío en la primera mitad del año. De hecho, pensamos que Ferrari podría ser el principal oponente, pero Fernando acaba de estar en fuego todo el fin de semana Quiero decir, increíble” resumió Horner al terminar el Gran Premio de Mónaco.
Fernando Alonso ha sido la única resistencia a Red Bull
“¿Quién lo hubiera dicho hace dos meses?” recordaba un eufórico pero desfondado Fernando Alonso tras sus dos vueltas brutales el sábado. Solo desde La Rascasse a la meta logró Verstappen superar al español para conseguir la pole. Alonso había colocado su monoplaza donde parecía imposible. Cimentaba así la única resistencia que Red Bull iba a sentir durante el gran premio.
Horner lo comprendió en la salida. «Nos pusimos nerviosos desde el momento en que se encendió la luz roja porque cuando quitaron los cobertores (las mantas de los neumáticos) vimos que algunos habían montado compuesto duro, había amenaza de lluvia, y si podían ir lo suficientemente lejos (en el primer relevo), si los medios se degradaban (los que montaba Verstappen en la salida)…”. Precisamente, el piloto pegado al holandés en la parrilla salía con duros: Fernando Alonso.
“La única opción que teníamos de ganar era hacer algo diferente a ellos, escogimos las duras para ir muy largos en la primera parada y que nos beneficiara un coche de seguridad o algo”, explicaba Alonso al terminar la prueba. Se trataba de ir a la contra, a toda costa, para ganar. «Esta mañana discutimos y nos dijimos que teníamos un par de podios este año, así que íbamos a todo o nada. Creo que la estrategia fue buena. Pero el neumático medio se estaba comportando sorprendentemente bien. Esperábamos más ‘graining’ o una mayor degradación, y Max pudo pilotar 50 vueltas a un ritmo sorprendente”.
Alonso pronto descubrió que no sería rival para el Red Bull, porque el holandés empezó a abrir distancias rápidamente y, por ello, nunca pudo lanzar un ataque con una parada en boxes a Red Bull. Alonso llegó a rodar a más de doce segundos a la estela de Verstappen. Sin embargo, en la vuelta 52 empezaron a caer cuatro gotas que enloquecieron la carrera.
El cambio de ruedas de Fernando Alonso era en el momento preciso
Nadie quería entrar, hasta que no quedó más remedio. Aston Martin se anticipó a Red Bull. Sin embargo, ante la sorpresa generalizada, el español salía a la pista con gomas lisas justo cuando la lluvia comenzó a arreciar. De existir una oportunidad para lograr la victoria, aunque remota, era ese el preciso instante. Mientras, Verstappen pedía a gritos por la radio neumáticos intermedios ante el temor a acabar contra los raíles. Lo que pudieron haber hecho Aston Martin y Alonso una vuelta antes.
Se trataba de circunstancias críticas y cambiantes en cuestión de minutos. En el caso de Alonso, fue una decisión compartida en boxes y desde el monoplaza. “Para mí estaba muy claro que la pista en esa vuelta que paramos estaba completamente seca, salvo las curvas 7 y 8 ¿Por qué poner los intermedios, cuando estaba completamente seco el 99% de la pista?”. Pero Stroll había montado neumáticos de agua poco antes, y otros equipos empezaron a ejecutar la misma maniobra. Alonso lo vio de otra manera: “Paré para poner secos, el pronóstico del tiempo era de una pequeña lluvia, también era lo que teníamos en el radar”. Alonso pidió por la radio que se chequeara la monta de los rivales, pero el equipo decidió montar lisos. “Ese minuto y medio que pasó cambió todo por completo. La vuelta que hicimos antes de parar estaba completamente seco».
Mientras tanto, Max Verstappen vivió momentos delicados con neumáticos lisos. Había golpeado, además, los raíles en algunas ocasiones. Llegó indemne para montar los neumáticos para lluvia, mientras Alonso necesitó una segunda parada de corrección. «Parecía que tal vez habíamos dado una vuelta de más antes de pasar a los intermedios. Creo que, si Fernando hubiera elegido los intermedios, habría sido mucho más apretado y habría ejercido más presión sobre nuestra parada en boxes», reconoció el propio Horner después del gran premio. Veinte segundos le costó al español esa segunda parada y, sobre todo, no haber presionado durante dos vueltas cruciales al holandés: mientras este seguía sufriendo con los lisos, y su vuelta a la pista con intermedios. Antes de la primera parada, el español rodaba a unos doce segundos del Red Bull.
¿Tuvieron Fernando Alonso y Aston Martin alguna oportunidad de haber acertado con los neumáticos en el momento crítico? “No creo que fuera una oportunidad perdida porque si Fernando hubiera montado los intermedios, Max lo hubiera hecho también, y tenía esa diferencia, no creo que hubiera cambiado mucho las cosas”, explicaba Mike Krack al terminar la prueba. En todo caso, que se creara esa posible opción de victoria fue una rendija de oportunidad en un fin de semana dominante para Red Bull. A diferencia de las cinco carreras anteriores, había llegado por primera vez. No fue la victoria, pero sí un triunfo para Aston Martin, pensando solo en unos meses atrás, como recordaba Alonso por la radio el sábado.
A Carlos Sainz se le escaparon las opciones de podio
Por su parte, Carlos Sainz tuvo opciones de podio en Mónaco pero, sin embargo, terminó en una triste octava posición. Todo lo que podía salir mal, salió peor. El tercer puesto empezó a esfumarse cuando Esteban Ocón le arrebató la tercera posición de parrilla el sábado. El francés, uno de los grandes protagonistas por inesperado, bloqueó a Sainz durante los primeros compases. Ferrari se precipitó con su parada en boxes para superar al francés, lento en su cambio de neumáticos. A partir de aquí, Sainz fue de un tropezón a otro, entre la impaciencia por recuperar terreno y la lluvia que le sentenció después. Un trompo en mojado incluso le mandó por detrás de Leclerc.
“Estaba frustrado, pero no se pueden juzgar los comentarios en la radio a 300 km/h en Mónaco, entre raíles, todos estamos un poco… frustrados o emocionados”, explicaría después en referencia a sus furiosos reproches por radio al equipo por las decisiones tomadas. “Fueron dos paradas en boxes críticas, una que hicimos demasiado tarde y otra demasiado pronto, pero esto es Mónaco. Un poco de lotería, y hoy tal vez no lo hicimos bien». Menos mal que el próximo fin de semana llega el Gran Premio de España. Nada mejor para olvidar cuanto antes.