“Creo que Verstappen está a un nivel diferente, me fastidia decirlo, pero es la realidad”. Toto Wolff admitía la cruda realidad de la Fórmula 1 actual, que vive en dos dimensiones diferentes. En una, Red Bull y Max Verstappen. En otra, el resto se reparten las migajas que deja el equipo austríaco. Aunque esta vez no en el caso de Fernando Alonso. El Gran Premio de España ejerció como otro capítulo más contundente si cabe del libro que se está escribiendo en 2023. Sin embargo, Wolff pudo sonreír al terminar. El destino de Mercedes podría cambiar a partir de la cita española.
Con cinco podios en seis carreras, Fernando Alonso y Aston Martin llegaban a Montmeló rodeados de una brutal expectación. Algo más oscurecido, Carlos Sainz y su decepción de Mónaco y un equipo Ferrari que todavía no comprende su monoplaza. Ni uno ni otro consiguieron subir al cajón, ambos frustrados por razones diferentes. Solo en una carrera en 2023 ha faltado un piloto español, aunque siempre subiera el mismo. Tristemente, en Montmeló fue la segunda ocasión a pesar de que Sainz salía desde la segunda plaza, y el podio pareció factible. Aunque solo durante diez vueltas.
Desde los primeros libres del viernes Verstappen había sentenciado el fin de semana. Tal era el ritmo y la facilidad para sacar los cronos que se anunciaba prematuramente un nuevo doblete del equipo austríaco desde el mismo instante en que el RB19 puso sus ruedas sobre el asfalto. El domingo Verstappen terminó con 25 segundos de ventaja sobre Lewis Hamilton.
Todos lejos de Red Bull
“Durante el invierno, dimos lo que consideramos un paso normal en nuestra evolución del RB19, pero nuestra sorpresa fue ver, que salvo Aston Martin, Mercedes y Ferrari dieron un paso atrás”, reconocía una vez más Christian Horner después de la carrera aún incrédulo ante el estado de forma de sus rivales. Aunque el británico sugería que su equipo sería alcanzado según avanzaba la temporada, resulta difícil imaginarlo ante los antecedentes más recientes: el ritmo de Verstappen en Miami con el compuesto duro desde la novena posición, con el medio en Mónaco, y el espectacular paseo de Montmeló.
El equipo alemán y Ferrari llegaban a Montmeló con evoluciones técnicas introducidas en sus monoplazas para abrir nuevas vías de evolución de cara al futuro. Los respectivos pontones ofrecían los cambios visibles más llamativos, pero no eran los únicos. Eso sí, mostraban la renuncia a seguir con la escuela creada el pasado año, y convergiendo ahora hacia Red Bull. Si funcionaban los paquetes introducidos en Montmeló, se abrirían nuevos horizontes para 2023.
“Es una nueva base, es desde donde podemos continuar trabajando con una cierta estabilidad sin cuestionarnos ciertas partes del coche, ya sea la carrocería, el fondo, o la suspensión”, explicaba Wolff. Como apuntaba Horner, mientras Red Bull tiene clara su línea técnica, tanto Mercedes como Ferrari no terminan de comprender sus criaturas.
“El nuevo paquete estaba destinado a mejorar principalmente la velocidad media a baja y en ese área, hemos sentido un paso en la dirección correcta. No es tanto una gran mejora o un gran cambio en nuestro rendimiento, sino que abre una ventana diferente de rango de trabajo para el coche. Ese era el objetivo principal de esta actualización, no ir de repente medio segundo más rápido”, explicaba Sainz tras lograr el segundo puesto de parrilla. Los resultados no pudieron ser más diferentes para ambos equipos.
Carlos Sainz y la amarga realidad
“Las cinco primeras vueltas de carrera las hice pisando huevos, no he atacado con el neumático, lo he cuidado, con aire limpio, detrás de Máx…”. Cuando le pidieron al madrileño que atacara una vez Hamilton comenzó a perseguirle, descubrió la amarga realidad: no tenía la menor capacidad ni de ataque ni de defensa. “En las curvas rápidas, levantando mucho, teniendo cuidado con el neumático, en tracción, en frenada, sin bloquear, no he podido tratar mejor el neumático mejor de lo que lo he tratado, y aún así hemos degradado mucho. Han saltado las alarmas y me he dicho “66 vueltas se me van a hacer muy largas”. Lo fueron. Hasta Checo Pérez se encargó del madrileño, que terminó quinto.
“Estoy un poco frustrado, porque en casa te apetece lucirte, te apetece defender, y si toca una carrera a la defensiva, por lo menos defenderte bien, pero es que hoy no he podido hacer ni eso. Te deja una sensación de no haber podido dar en casa y a la gente un poco más de espectáculo, me hubiese hecho mucha ilusión haber luchado ese podio. Quería haber hecho algo especial, pero ese podio que no ha podido ser”, se lamentaba Sainz después de ser superado por Hamilton, Russell y Pérez sin la menor capacidad de respuesta.
Montmeló dejó la amarga sensación de que nada ha cambiado en Ferrari. “Tenemos mucha inconsistencia, tenemos relevos decentes, otros dramáticos. No sabes por dónde te va a salir el coche, y tienes que ir toda la carrera a la expectativa”. Y más: “en GPS somos de los peores equipos en curva rápida, tanto en grip como en estabilidad”. El desconcierto de Charles Leclerc era similar. Con la diferencia de que el madrileño superó en todos los órdenes a su compañero de equipo. Queda ahora saber si las conclusiones internas de Ferrari dan carpetazo a este SF23 para trabajar en cada carrera hacia 2024, como hizo Aston Martin en 2022 desde el Gran Premio de España.
Mercedes dejó Montmeló con sensaciones totalmente opuestas. El W14 ofreció gran ritmo y degradación mínima en carrera: “Ha sido el mejor coche durante el último año y medio”, reconocía Hamilton al terminar, “me sentí mejor el sábado y hoy (carrera) que en los últimos catorce o quince meses», palabras que no se le han escuchado al británico en mucho tiempo. “Creo que vamos en la dirección correcta y sé que tenemos cosas en camino para avanzar. Al menos para fin de año sería genial si pudiéramos desafiarlos (Red Bull) y quiero estar seguro de que tendremos el coche el próximo año para desafiarlos desde el primer día». No era precisamente el mensaje de Fred Vasseur, Carlos Sainz y Charles Leclerc al terminar el gran premio.
Fernando Alonso perdió la consistencia de otras carreras
La presente temporada ha dejado ya varios ejemplos de que cada circuito y su configuración alteran la posición de Mercedes, Ferrari y Aston Martin. Pero si el equipo alemán confirma la progresión de Montmeló, mala noticia para el resto. De momento, Fernando Alonso y el equipo británico perdieron la consistencia de rendimiento de carreras anteriores. Para decepción de los miles de aficionados españoles que gritaban por la victoria “33” durante todo el fin de semana.
Todo empezó a torcerse cuando Fernando Alonso se salió en la primera vuelta de los clasificatorios tras un error poco común del asturiano. Dañó su fondo plano, perdió rendimiento, y otro error en la vuelta final le dejaron en una lejana octava posición. “Si hubiera hecho una crono normal y con la pista normal hubiésemos estado en primera fila y, en primera fila te vas con el tren de delante, consumes menos los neumáticos e igual hacemos tercero o cuarto hoy. Eso es lo que ha pasado en las últimas carreras”, explicaba Fernando Alonso para atribuir al sábado parte del fin de semana.
Sin embargo, ni el propio Fernando Alonso esperaba el rendimiento del AMR23 en la carrera “No teníamos tanto ritmo como otros domingos, y ni con la blanda ni con la dura teníamos esas decimas para estar con Mercedes”. Sin embargo, Fernando Alonso se mostraba confiado en que el bache de Montmeló será puntual. “Es una (sola) carrera, y en Canadá les machacamos”, bromeaba sobre el salto cualitativo de Mercedes.
