La llegada del Honda ZR-V supone la ampliación de la familia SUV de Honda con un escalón que se intercala entre el compacto HR-V y el más grande CR-V, ofreciendo una alternativa polivalente que pretende acaparar en torno al 25 % de las ventas de la firma japonesa en nuestro país.
Ya habíamos podido verlo y tocarlo durante el evento anual en el que Honda presenta sus novedades a la prensa europea, pero ahora hemos podido conducirlo por primera vez durante la presentación internacional del vehículo, que ha tenido lugar en Barcelona, y las sensaciones han sido muy positivas.
Así, nos encontramos ante un SUV de 4,57 metros de longitud y 2,66 metros de batalla que se comercializará en Europa únicamente con un sistema de propulsión híbrido y dos acabados: Advance y Sport.
La arquitectura del Honda ZR-V es una combinación de una nueva plataforma común con la nueva generación del Honda CR-V, a la que se suma el tren delantero del Civic (elementos mecánicos incluidos) con la zona del cortafuegos que une ambas partes diseñada ex profeso para el Honda ZR-V. Pero veamos cómo se traduce todo eso a efectos prácticos.
Así funciona el Honda ZR-V
Cuando accedemos al Honda ZR-V, lo primero que nos llama la atención es que la postura de conducción es bastante cercana a la de un turismo. Se va sentado algo más alto y con la cadera ligeramente más elevada, pero menos que en cualquier otro SUV. Resulta muy fácil sentirse cómodo desde el primer momento, los asientos recogen bien el cuerpo, y los kilómetros no cansan.
Iniciamos la marcha en silencio y con total suavidad propulsados por el motor eléctrico, que es el que toma la voz cantante en el sistema motriz híbrido de este Honda. Técnicamente cuenta con un motor de gasolina de 143 CV y 186 Nm que funciona bajo ciclo Atkinson, un generador eléctrico y un motor eléctrico que desarrolla 184 CV y 315 Nm alimentado por una batería de 1,05 kWh.
Este potente motor eléctrico marca la diferencia entre el sistema de Honda y el de sus principales rivales, ya que la idea del llamado e:HEV es que el motor eléctrico sea el que proporcione par directamente a las ruedas durante la mayor parte del tiempo.
Así, en función de las demandas del conductor, el sistema se comporta de tres modos diferentes. Durante la conducción urbana y las fases de retención, el motor térmico permanece apagado y el motor eléctrico se encarga de todo (híbrido serie). Por el contrario, a velocidades de crucero el motor térmico mueve directamente las ruedas mientras trabaja en su rango de mayor eficiencia (híbrido paralelo), mientras que el motor eléctrico le asiste eventualmente para ayudarle a mantenerse en ese rango (híbrido serie-paralelo).
Pero lo más interesante viene cuando requerimos la máxima aceleración del Honda ZR-V. En este caso, el motor térmico gira para mover el generador eléctrico, si bien no proporciona par directamente a las ruedas y es el propio motor eléctrico el que proporciona par de giro a los neumáticos (actuando nuevamente como un híbrido serie); de ahí que sea tan potente, ya que en numerosas situaciones va a ser el encargado de propulsar el vehículo.
Así va el Honda ZR-V
En la práctica, su funcionamiento es tremendamente suave. Hay que estar atento para detectar cuándo funcionamos en uno u otro modo, ya que las transiciones son progresivas y el motor de gasolina está bien aislado acústicamente. De hecho, cuesta pensar en un híbrido en el que no recordemos algún tipo de “escalón” en esas transiciones o durante la frenada, lo que dice mucho de este Honda ZR-V.
Parte de la clave se encuentra en lo “redondo” que gira el motor atmosférico de gasolina, dotado de refinamientos como un doble árbol de equilibrado. También tiene su peso un aislamiento acústico mayor que el del CR-V que hace que percibamos mucho menos el ruido del motor durante las aceleraciones pronunciadas, situación en la que Honda ha previsto además unos ligeros cambios de régimen del motor que emulan los saltos de un cambio de marchas cerrado.
Dinámicamente, además, el nuevo SUV japonés se encuentra claramente por encima de la generación actual del Honda CR-V, con unas suspensiones muy equilibradas, una dirección suficientemente rápida y unos frenos que ofrecen mucha confianza y que en ningún momento nos permiten percibir el salto entre la frenada regenerativa y la hidráulica.
Con todo ello, lo único que nos queda por conocer del Honda ZR-V es el precio, que será comunicado próximamente, para saber si realmente este nuevo miembro del segmento SUV-C está en condiciones de convertirse en un superventas. Argumentos no le faltan.