Dentro de la amplia terminología existente para calificar a los coches, es de uso común el anglicismo crossover. Se emplea para denominar a un tipo de vehículo que no pertenece a una categoría claramente definida, sino que es un cruce de uno o varios conceptos, generalmente entre turismo y SUV. Pues bien, si hay uno que lo representa de manera más fiel es el Kia XCeed, que fue actualizado hace un año, que hemos tenido la oportunidad de probar a fondo con la mecánica híbrida enchufable.
Si no estás familiarizado con él, el XCeed es la cuarta carrocería de la familia Ceed, junto con compacto, el familiar (Ceed Tourer) y el Proceed, una especie de coupé de cinco puertas. El XCeed se caracteriza por que su carrocería es más alta que en el resto, si bien la diferencia no es grande: en función de la versión, oscila entre 1.483 o 1.495 milímetros, mientras que un compacto como el Ceed mide 1.447 mm. Por establecer una comparación, el SUV-C de Kia, el Sportage, se va hasta los 1.645 mm aunque, curiosamente, tiene menos altura libre al suelo que el XCeed: 170 milímetros frente a los 184 mm de nuestro protagonista (con llantas de 18″; con las de 16″ se reduce a 172 mm).
De todo lo anterior podemos extraer que estamos ante un coche muy polivalente que, además, se defiende bien en todas las circunstancias aunque, obviamente, brilla espcialmente en circulación urbana. En este terreno su sistema híbrido enchufable le permite circular en modo eléctrico en retenciones o a baja velocidad, lo cual redunda en un coste por kilómetro muy bajo y una conducción agradable.
La postura de conducción no es especialmente alta, aunque sí lo suficiente para ver por encima de los turismos. En este sentido, el punto más negativo está en la visibilidad trasera, ya que la superficie acristalada no es especialmente generosa. Eso sí, tanto los sensores de aparcamiento como la cámara trasera son de serie.
Como todos los PHEV, con el XCeed sólo ahorrarás si lo cargas
Antes de seguir con la prueba, hemos de hacer un inciso para recordar una de las grandes claves de un coche híbrido enchufable. Como su propio nombre indica, la clave de su eficiencia está en cargarlo cuando sea necesario, especialmente si se va a usar en carretera o entornos interurbanos. De lo contrario, estarás cargando un peso adicional (la batería de 8,9 kWh) que lo único que hará es incrementar el consumo del motor de gasolina. Para quien no quiera (o no pueda) disponer de un punto de carga en casa o en el trabajo, la solución pasaría por un híbrido convencional, una opción que no está disponible en la gama Ceed pero sí en el Niro o el Sportage.
Comentamos lo de la carga en casa o en el trabajo porque el uso de puntos públicos de recarga rápida no compensa en el caso de este modelo. Su cargador de a bordo es de 3,3 kW, de modo que alcanzar el 100 % partiendo de una batería casi vacía lleva en torno a dos horas y media. Sin embargo, conectado a un enchufe doméstico convencional, es una noche o una jornada de trabajo estándar lo tendremos listo sin problemas.
La autonomía real depende mucho de por dónde se circule y, en menor medida, de qué modo de conducción utilicemos. Por defecto, el XCeed funciona como un coche 100 % eléctrico, usando la batería siempre que sea posible y accionando el motor de combustión únicamente en caso de fuerte demanda de aceleración. A diferencia de otros PHEV, no es posible obligar al coche a guardar la energía eléctrica, sino que siempre la utiliza según entiende que sea necesario.
En mi opinión, una vez se abandona la ciudad lo ideal es emplear el modo Auto o HEV (híbrido), que usan la energía de manera más adecuada. De este modo hemos logrado obtener un consumo medio de 3,4 litros en los primeros 100 kilómetros, por supuesto partiendo con la batería al 100 %. Está lejos de la cifra homologada (1,7 l/100 km) que está bastante alejada de la realidad. Durante la siguiente centena de kilómetros, ya con la batería por debajo de un cuarto de su capacidad, el gasto promedio aumentó a 4,5 litros, que sigue siendo una cifra muy buena.
En el resto de aspectos el XCeed no brilla en casi nada, aunque tampoco decepciona. En general es un coche cómodo, con una suspensión que proporciona una buena relación entre estabilidad y confort. En este último aspecto, hay que destacar un aspecto, ya que la unidad de pruebas estaba equipada con unos asientos ventilados, un elemento de equipamiento poco habitual en este segmento que se agradece mucho en días calurosos.
La parte negativa es que sólo se pueden pedir en el acabado más alto (eMotion) y cuestan 2.000 euros; eso sí, también te llevas regulación eléctrica con memoria en el asiento del conductor, calefacción en las cuatro plazas (no en la central trasera) y el volante, tapicería de cuero y portón trasero manos libres.
De hecho, si en Kia me pidiesen mi opinión persona, incluiría de serie este paquete (o, al menos, parte de su contenido) y prescindiría de las llantas de 18” con neumáticos 235/45, una medida claramente innecesaria para las prestaciones que ofrece este modelo. No es un coche lento ni mucho menos, pero al final tenemos un motor de gasolina atmosférico 1.6 con 105 CV apoyado por un motor eléctrico de 61 CV, que con capaces de desarrollar una potencia conjunta de 141 CV.
No obstante, el punto más crítico del XCeed PHEV hace referencia al maletero, que debido a la presencia de la batería ve reducida su capacidad a 291 litros. La verdad es que da para llevar hasta tres maletas tipo trolley y alguna bolsa más, o bien para una maleta grande. La buena noticia es que, si vas a requerir más espacio de carga, puedes optar por el Ceed Tourer PHEV, cuyo maletero alcanza unos alcanza unos notables 437 litros. Eso sí, es bastante más caro, de 38.433 euros con el equipamiento más completo, también denominado eMotion.
En el caso del XCeed PHEV eMotion tiene un precio de 36.166 euros, que incluye la promoción de la marca pero no el Plan Moves III al que puede acogerse este modelo y que permite una rebaja de hasta 5.000 euros.