La alternativa de camperizar furgonetas va ganando adeptos en época de crisis, ofreciendo la posibilidad de disfrutar libremente de las vacaciones con un presupuesto preciso, en el que no se debe escatimar en seguridad.
Realizar esta transformación requiere de conocimientos y asesoramiento que vamos a detallar a continuación de mano de los expertos.
1Sin perder de vista la seguridad
En el proceso de camperizar una furgoneta han de tenerse en cuenta las condiciones actuales del vehículo, sus capacidades y prestaciones, sin perder de vista hacia donde lo queremos llevar. Es decir, en que camper lo queremos convertir, teniendo en cuenta que no habrá modificaciones en la motorización, pero si en la estructura fundamental, como pueden ser, la desinstalación de asientos para acoplar mobiliario que de forma, al deseado » hogar sobre ruedas «.
En este sentido, la variación de pesos a distribuir pueden influir en dos sistemas fundamentales, como son los frenos y la suspensión/amortiguación.
Respecto a cómo una camperización puede afectar al adecuado funcionamiento de frenos y
amortiguadores, Javier Aparicio, jefe de taller en Motorspeed (Burgos), señala que “existen riesgos dependiendo del tipo de camperización y del peso que vayamos a añadir al
vehículo, y este nunca debe superar el peso máximo autorizado que figura en la ficha técnica del vehículo”.
Especialmente si se quieren transformar vehículos pequeños, como furgonetas o 4×4, para evitar riesgos en este caso, Aparicio señala que “habría que poner frenos de mayor diámetro y amortiguadores con mayor tarado para más peso, asegurándonos de que el peso total, incluyendo pasajeros y equipaje, no supere la masa máxima establecida por el fabricante”.
