comscore

Prueba del Ford Focus ST 2.3 EcoBoost: Un compacto deportivo para el día a día

Este Ford Focus ST es la versión más potente y deportiva de la cuarta generación del modelo, que llegó a los concesionarios en los últimos meses 2018 y fue renovado a principios del año pasado. No ha habido grandes cambios en este hot hatchback, pero el mero hecho de que siga existiendo ya es una gran noticia, dada la actual contracción de la oferta de automóviles con cifras de emisiones relativamente altas, que está dejando sin rivales a modelos como este Ford Focus ST.

Afortunadamente, la oferta es más limitada que nunca, pero también de enorme calidad, puesto que si bien en el pasado había más modelos potentes y supuestamente deportivos, era más fácil encontrar carencias o lagunas en algunos de ellos, mientras que hacerse hoy con cualquiera de los escasos supervivientes es todo un acierto.

Ford Focus ST

Ford Focus ST: un deportivo compacto sin flaquezas

Así, el Ford Focus ST combina un motor de gasolina de 2,3 litros y 280 CV con un bastidor excepcionalmente puesto a punto y un planteamiento estético claramente más deportivo que el del resto de versiones, incluidas las que adoptan el acabado ST-Line. En otros mercados, el Ford Focus ST se llegó a ofrecer también con motor diésel de 2,0 litros y 200 CV, si bien esta variante ya ha sido descatalogada.

Actualmente, sí tendrás que elegir entre el cambio manual, de seis velocidades, o el automático, de siete relaciones. El primero (elegida para nuestra prueba) es una caja de cambios convencional, con pares de engranajes y un embrague monodisco, mientras que el automático es una adaptación de la compacta caja de engranajes planetarios y ocho relaciones acoplada por convertidor de par y sobradamente probada, que ha perdido una marcha porque sencillamente no era necesaria con el torrente de par motor ofrecido por el 2.3 Ecoboost.

Ford Focus ST

Nuestro consejo es que, antes de elegir, pruebes las dos versiones si tienes la oportunidad. Con el cambio automático seguramente ganarás en confort de marcha durante el día a día, mientras que las levas tras el volante te servirán para conducir “casi” como si se tratara de un cambio manual cuando quieras sacar la quintaesencia al Ford Focus ST.

Dicho esto, la caja manual presenta al menos tres importantes ventajas. La primera es que este cambio manual funciona muy bien. Es rápido, preciso, está correctamente escalonado y, combinado con el modo deportivo, ofrece un efecto “punta-tacón” muy logrado; da un golpe de gas automáticamente cuando reducimos para sincronizar la velocidad del motor con la del cambio.

El segundo motivo por el que nos encanta el cambio manual del Ford Focus ST es porque rebaja la factura del coche en unos 2.500 euros, que no es poco. Por último, reduce el peso del conjunto motor-cambio en alrededor de 15 kilos, que no es mucho, pero al tratarse de un vehículo “todo-delante”, cada kilo que quitemos del eje delantero se agradece.

Ford Focus ST

El prodigioso motor 2.3 EcoBoost del Ford Focus ST

En cualquier caso, tanto si eliges un Ford Focus ST manual como uno automático, el acierto está asegurado. Y parte de la “culpa” la tiene el motor 2.3 EcoBoost de 2.261 cm3. Se trata de un moderno cuatro cilindros en línea de carrera larga fabricado en aluminio que se estrenó en 2015 en el Ford Mustang. Ha sido montado en todo tipo de vehículos, con rendimientos de hasta 411 CV. De hecho, llegó a ofrecer 355 CV y 475 Nm en el desaparecido Ford Focus RS, por lo que un juicio precipitado nos puede llevar a pensar que los actuales 280 CV y 420 Nm son poca cosa, pero nada más lejos.

Se trata de un motor que empuja con ganas a casi cualquier régimen, sube de vueltas con bastante alegría y su único problema es que ofrece tanto par desde tan pocas revoluciones que no merece la pena estirarlo. Se consigue acelerar prácticamente lo mismo cambiando a 5.000 vueltas que llevando la aguja al régimen de corte de encendido.

830A1375b Motor16

Esta generosa entrega de par y una latencia muy baja nos permiten conducir el Ford Focus ST casi como si fuera un automático. Si circulamos en tercera velocidad, podemos dejar que el motor caiga de vueltas hasta unas 1.400 r.p.m. (equivalentes a unos 30 km/h) y acelerar desde ahí sin problemas hasta 5.500 r.p.m, donde se sitúa el régimen de potencia máxima y donde nos encontraremos circulando a algo más de 120 km/h reales, todo ello con el embaucador sonido de un escape que hace el ruido justo y necesario para dibujarnos una sonrisa sin que nos convirtamos en los vecinos más odiados.

Así va el Ford Focus ST

Sobre el comportamiento, poco hay que decir. El Ford Focus ST se sujeta muy bien en los apoyos, no es molestamente subvirador, si bien tampoco ofrece la agilidad adictiva del Fiesta ST, frena con decisión sin que el morro se hunda apenas y gestiona razonablemente bien el torrente de par disponible al acelerar en un apoyo, a pesar de contar exclusivamente con tracción en las ruedas delanteras.

Nos gusta en especial el tacto de los frenos, cuyo mordiente los hace fáciles de dosificar. También alabamos la progresividad de los neumáticos Pirelli P-Zero 235/35-19 91Y que hemos encontrado en la unidad de pruebas, los cuales transmiten la adherencia disponible con fidelidad al volante. Y ni siquiera los consumos nos parecen escandalosos para el buen rodar del vehículo. Es verdad que cuesta bajar de los ocho litros cada 100 km, pero resulta fácil divertirse al volante y circular con mucha agilidad sin que las cifras se disparen.

830A1354b Motor16

Dicho esto, probablemente con un desarrollo final algo más largo que el actual, sería posible mejorar aún más las cifras de consumo en la vida real sin comprometer la deportividad. El motor va tan sobrado de par que aceptaría sin problemas un escalonamiento del cambio más abierto que nos permitera circular a un régimen menor cuando nos veamos obligados a recorrer largas distancias con el control de crucero conectado a los preceptivos 120 km/h.

Y es que el Ford Focus ST puede ser usado sin problemas para viajar. No es muy ruidoso, no es demasiado incómodo a pesar de las suspensiones firmes y el mínimo flanco de sus neumáticos de carcasa pétrea, y sus asientos delanteros resultan especialmente agradables, con un mullido firme y una impecable postura al volante. Atrás hay también suficiente espacio, y quizá el maletero sea lo único que se quede un poco escaso, con 358 litros, consecuencia de una batalla larga, un voladizo corto y unas suspensiones traseras multibrazo que requieren su espacio para trabajar.

En cualquier caso, si cuadra en tu presupuesto (desde 37.326 euros, financiado), ni lo dudes. El Ford Focus ST no es un deportivo radical ni pretende serlo, pero sí te ofrecerá unas prestaciones extraordinarias y un torrente de sensaciones cuando agarres su volante de cuero y hundas el pie en el pedal del gas.