Aunque el ‘made in China’ ha visto reducida su presencia en el mundo en diferentes ámbitos, lo cierto es que no sucede lo mismo con sus coches, cuya exportación se ha multiplicado por cuatro en los últimos tres años y ha aumentado un 86% hasta el pasado mes de julio. De ahí que China ya haya adelantado por la derecha a Japón y se haya convertido en el principal exportador de vehículos en lo que llevamos de año. Y este detalle abre otro importante interrogante para la abarrotada industria china.
Industria que sigue los gustos y necesidades de los consumidores locales, quienes han disminuido la demanda de vehículos desde la pandemia. De ahí que en los últimos tiempos se hayan visto obligados a tener que mandar coches fuera de sus fronteras. Coches que llegan a casi todas las partes del mundo con precios de verdadero derribo, que dejan en evidencia a las compañías tradicionales.
Los coches salen de China por la baja demanda dentro de sus fronteras
Estos vehículos ‘made in China’ que viajan a otros países suelen apostar por mecánicas de combustión, pues los consumidores locales están aumentando la demanda de vehículos eléctricos, siendo ellos los primeros en ser complacidos por los fabricantes. Eso deja un importante exceso de vehículos de combustión sin vender dentro de sus fronteras, lo que se traduce en una exportación masiva a mercados emergentes.
Un informe del New Tork Times realizado a un antiguo director de Chrysler en China, afirma que los fabricantes de automóviles chinos no tienen más remedio que lanzarse de cabeza a las exportaciones de coches o arriesgarse a las consecuencias de cerrar fábricas.
Marcas tradicionales adaptan vehículos ‘made in China’
De ahí que los fabricantes chinos hayan entrado por la puerta grande en países como Rusia, una vez de allí han salido diferentes fabricantes occidentales como respuesta a la guerra con Ucrania. Pero los coches chinos también llegan al sudeste asiático, América del Sur, México… Aquí curiosamente el nuevo Chevrolet Aveo toma como punto de partida un modelo del fabricante chino Wuling. Todo gracias a la colaboración firmada entre SAIC y General Motors. Algo similar sucede con el Dodge Journey, nacido sobre un Trumpchi GS5.
Los fabricantes de coches chinos también tienen una gran presencia en Australia. Concretamente allí los chicos de MG (marca que es propiedad de SAIC desde el año 2007) se han metido entre las marcas más vendidas. Y en Europa han hecho lo mismo hasta el punto de que su MG ZS se convirtió en el coche nuevo más vendido el pasado mes de agosto en nuestro país. También podemos viajar hasta el pasado IAA celebrado en Múnich para comprobar que en esta última edición las marcas chinas se han multiplicado por dos desde la última vez que se celebró en 2021.
Estados Unidos grava con un 25% de impuestos a los coches chinos
Ahora bien, continúa habiendo un mercado que a los fabricantes de coches chinos se les está resistiendo. Un auténtico hueso duro que no es otro que Estados Unidos, debido sobre todo a los aranceles que están vigentes desde la era Trump y que gravan con un 25% de impuestos a los vehículos que llegan desde el país asiático, independientemente de que tengan motores de combustión o sean eléctricos.
Para sacar sus vehículos de sus fronteras, los fabricantes locales se enfrentan a un verdadero reto, que no es otro que la falta de disponibilidad de barcos específicos para el transporte de coches. Según apunta Daniel Nash, jefe de transporte de vehículos de VesselsValue, los fabricantes de automóviles chinos y sus líneas navieras han realizado cerca de 170 pedidos de barcos nuevos para el transporte de vehículos. Y para que lo tengas en cuenta, antes del boom estas encargaban cuatro buques cada temporada.
BYD ha encargado los seis buques más grandes del mundo
Estas también se han dado cuenta que tener su propio barco supone un importante ahorro a la larga. Cierto es que cada uno de estos buques debe costar una auténtica fortuna, pero a día de hoy el coste de alquilar uno de estos barcos para transportar coches ronda los 105.000 dólares (unos 98.000 euros) cada día, cuando en el año 2021 el coste diario rondaba los 16.000 dólares (unos 15.000 euros).
Uno de los gigantes que más buques ha encargado ha sido BYD, quien está apostando fuerte por llevar sus vehículos a todo el mundo. Y eso ya lo hemos empezado a notar en Europa. Tanto es así que BYD ha gastado cerca de 600 millones de dólares (unos 560 millones de euros) en encargar nada menos que los seis barcos para transportar coches más grandes jamás construidos, que les serán entregados en los próximos tres años.