Un Porsche Taycan Cross Turismo ha llegado a la cima de Hongtu Daban, en el Tíbet, donde conquistó un nuevo récord: el mayor desnivel alcanzado por un coche eléctrico: 5.573,979 metros.
El récord, certificado por Guiness World Records, tiene su truco, ya que no se trata del vehículo eléctrico que ha logrado llegar a una cota más alta, mérito que recae en el Volkswagen ID.4 GTX, que alcanzó la cota de los 5.816 metros en Bolivia. Por supuesto, tampoco es el automóvil que ha logrado alcanzar una mayor altitud, que por el momento corresponde al Mercedes Unimog, con 6.694 metros logrados en el volcán Nevado Ojos del Salado, en los Andes chilenos.
¿Cuál es, entonces, el mérito de la tripulación de este Porsche Taycan? Pues, como mérito en sí, podríamos decir que la “audacia” o el ingenioso uso de la semántica, porque el récord de estos “aventureros” ha sido superar el mayor “desnivel” a bordo de un coche eléctrico, no “lograr alcanzar la mayor altitud”, para lo cual partieron del lago Aiding, un lago de la República Popular China localizado en la depresión de Turfán, en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, que es el lugar más bajo de China, ubicado a 218,845 metros bajo el nivel del mar.
Desde allí, a lo largo de 10 días, viajaron hacia el Hongtu Daban, en Tíbet, a 2.783 kilómetros del punto de partida, donde se encuentra una de las carreteras nacionales más altas del mundo, a 5.355,134 metros sobre el nivel del mar. De esta forma se logró superar este desnivel de 5.573,979 metros.
Se da la circunstancia de que ya hace un año y medio el Porsche Taycan había establecido un récord similar, partiendo de la profundidad de una mina en Míchigan (EE.UU). y ascendiendo hasta la cima de Pikes Peak, en Colorado, tal y como te contamos aquí.
El Porsche Taycan recorre parte de China y Tíbet para completar su desafío
En su comunicado, Porsche explica que “la ruta Xinjiang-Tíbet presenta regiones desoladas que desafían los límites mismos de la supervivencia, con condiciones climáticas extremas combinadas con condiciones complejas y cambiantes del terreno y de las carreteras. Con muchos riesgos predecibles (e impredecibles) en el camino, este espectacular viaje por carretera demostró plenamente las capacidades todoterreno, el confort en largas distancias y la sólida fiabilidad del Porsche Taycan Cross Turismo”.
La firma alemana explica además que más que un desafío extremo, este viaje sirve para inspirar a los conductores a pensar en “mejores viajes por carretera”, a pensar en “experiencias más inmersivas”, en entornos de naturaleza salvaje y, por supuesto, en la conducción sin emisiones.
La experiencia sirvió a la tripulación del Porsche Taycan Cross Turismo para experimentar acusados cambios dramáticos de temperatura, presión atmosférica y paisaje. El comunicado alude a temperaturas superficiales de 70 °C y carreteras heladas, lo que realmente sí supone un reto para los neumáticos, que son los verdaderos protagonistas de este desafío.
Las ruedas, además, circularon no solamente por asfalto, sino también por “oscuros y traicioneros caminos de tierra y grava llenos de baches”, terreno que las dos unidades del Porsche Taycan Cross Turismo empleadas para este desafío superaron con su configuración de serie, recurriendo ocasionalmente al modo Gravel de la interfaz de escenarios de conducción como única ayuda.
Porsche Taycan Cross Turismo: A prueba del mal de altura
Otro aspecto a tener en cuenta es que, si bien los coches eléctricos no ven afectado significativamente su rendimiento por la altitud (a diferencias de lo que ocurre con los automóviles propulsados por motores térmicos, que dependen de la cantidad de oxígeno presente en el aire), sí se ven fuertemente condicionados por la temperatura, tanto en lo que respecta al rendimiento de sus baterías como al consumo adicional de sus sistemas de climatización.
En este sentido, disponer de una estimación realista de la autonomía en el ordenador de a bordo resulta crucial, y el Porsche Taycan gestionó este aspecto de manera adecuada. También es destacable el hecho de contar con una transmisión de dos velocidades, especialmente en las zonas de alta montaña, sobre todo teniendo en cuenta el gran desnivel a superar.
Igualmente, la recuperación de energía resultó crucial durante los descensos, llegándose a recuperar hasta 275 kW, lo que aumentó considerablemente la autonomía durante esta parte de la ruta.
Desde luego, el récord está lejos de ser una verdadera aventura. Pero, en cualquier caso, ¿a quién no le gustaría vivir esta experiencia?