Volvo Cars, la compañía de origen sueco perteneciente a Geely, ha anunciado, ha anunciado el fin de las producción de modelos con motor diésel. En concreto, la última unidad saldrá de la cadena de montaje a principios de 2024 y, desde entonces, dejará de producir todos los modelos de este combustible de la firma, por lo que será uno de los primeros fabricantes tradicionales que deje de fabricar este tipo de motorizaciones.
Así lo ha anunciado la compañía este martes en un comunicado en el marco de la Semana del Clima en Nueva York, en el que ha detallado que esta decisión deriva de la medida adoptada hace poco más de un año de abandonar el desarrollo de los motores de combustión al vender su participación en Aurobay. «Ya no dedicaremos ni una sola corona de nuestro presupuesto de I+D al desarrollo de nuevos motores de combustión interna«, ha asegurado la marca escandinava en el comunicado.
Esta decisión podría suponer, además, la decisión de algunos de sus modelos más emblemáticos. En la actualidad, el motor diésel (siempre acompañado de hibridación ligera) está presente en la berlina S90, los familiares V60 y V90 (incluidas sus versiones Cross Country) y en el SUV XC90. En el caso de las berlinas (también existe un S60, cuya actual generación ya nació sin motor diésel) y los familiares, están abocados a desaparecer; de hecho, este mismo año se anunció su eliminación en el Reino Unido.
En el caso del XC90, ya hay un modelo 100 % eléctrico equivalente, el EX90, que se suma a una gama 100 % eléctrica formada por el XC40, el C40 y el EX30. Además, la práctica totalidad de modelos de la marca cuentan con versiones híbridas enchufables (conocidas como Recharge), que también se benefician de las ventajas de la etiqueta Cero de la Dirección General de Tráfico.
El futuro de Volvo pasa por el eléctrico
El director ejecutivo de Volvo Cars, Jim Rowan, ha afirmado que su futuro pasa por los sistemas de propulsión eléctricos, que además son «superiores» a los motores de combustión porque generan menos ruido, menos vibraciones, menos costes de mantenimiento para los clientes y cero emisiones del tubo de escape.
«Estamos totalmente centrados en crear una amplia cartera de vehículos premium totalmente eléctricos que cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo y será una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático«, ha completado Rowan.
Asimismo, la compañía ha destacado que esta apuesta por la electrificación es «lo correcto» y que viene motivada por el último informe sobre el balance climático mundial publicado por las Naciones Unidas que ha alertado sobre la urgencia climática y la necesidad de actuar.
Del mismo modo, Volvo considera que la decisión de eliminar por completo los motores diésel para principios de 2024 es el ejemplo de la rapidez con la que está cambiando tanto la industria del automóvil como las exigencias de los clientes ante la crisis climática.
