Aunque 2024 se acerque, ya en el año 2023 hemos sido testigos de un giro significativo en la manera en que abordamos la movilidad urbana en España. Esto se ha materializado con la llegada de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades que superan los 50,000 habitantes, como lo establece rigurosamente la Ley 7/2021 del 20 de mayo, dedicada al cambio climático y la transición energética. Podrán gustar más o menos, pero lo que es cierto es que las ZBE ya son una realidad de nuestras vidas que han llegado para quedarse.
Estas zonas han sido implementadas con el objetivo de restringir la entrada de determinados vehículos, en un esfuerzo por reducir la contaminación y fomentar un transporte más sostenible. Sin embargo, lo que más despierta interés es el futuro de los vehículos que ostentan la etiqueta B en un horizonte que se vislumbra cercano. Todo va a cambiar… y lo va a hacer muy rápido, así que toma nota de lo que te contamos a lo largo de las próximas líneas.
1La clasificación de las etiquetas ambientales
¿Sabías que la etiqueta B se asigna a turismos y furgonetas ligeras propulsadas por gasolina matriculadas a partir de enero de 2000 o diésel matriculadas desde enero de 2006? Está caracterizada por su distintivo color amarillo inconfundible, así que la habrás visto en cientos de ocasiones aunque no te hayas dado cuenta.
Hasta el momento, los vehículos que portaban la etiqueta B tenían la posibilidad de acceder a las Zonas de Bajas emisiones sin enfrentar restricciones significativas, si bien existían algunas limitaciones, como la prohibición de estacionar en el área designada como ZBEDEP Distrito Centro en Madrid. Ahora, sin embargo, todo está experimentando diversos cambios.