En el mercado de coches eléctricos, y en plena efervescencia del cambio sostenible en los tipos de movilidad, lo coches fabricados en China, están copando un escenario que pone en jaque a toda la industria automovilística europea.
Bruselas escucha a fabricantes como Stellantis y dará la batalla contra las marcas chinas de coches eléctricos, que en la actualidad gozan de ayudas en toda la Unión Europea, en contraposición con los aranceles que los fabricantes occidentales sufren cuando aterrizan en el gigante asiático.
Francia, ya no espera a las soluciones del parlamento europeo, y se blinda con el cambio de políticas de subvenciones a la compra de vehículos eléctricos nuevos, en detrimento de los fabricados en China.
1El perjuicio de los fabricantes europeos de eléctricos
Ahora que los coches electricos fabricados en Asia, principalmente en China, han alcanzado sobradamente los criterios y niveles de seguridad vial, los costes de fabricación juegan en favor de las marcas orientales a la hora de presentar sus productos en Europa y al resto del mundo.
Si a todo esto sumamos las garantías que el mercado ofrece, junto a las ayudas que los gobiernos establecen sobre estos productos, con tal de agilizar el cambio de modalidad energética en favor de la lucha contra el cambio climático, nos encontramos con que en toda certeza, quien se ve perjudicado es el fabricante europeo, que por otra parte, cuando acude al mercado asiático, encuentra fuertes restricciones y aranceles para vender su producto.