En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) es la encargada de aplicar las leyes de tráfico con la finalidad de mantener un orden y una seguridad óptima en las carreteras. Esto implica la emisión de multas de tráfico a los conductores por incumplimiento de las normas vigentes.
Pertenecer a un país democrático implica la defensa y el respeto de los derechos individuales, entre los cuales se rige el principio del derecho a la queja o reclamación. Los conductores afectados por la emisión de una multa injustificada, pueden optar por recurrirla en busca de la justicia. A continuación, explicamos con detalle cada uno de los pasos a seguir durante el proceso de reclamación.
1Paso #1: Entender y aceptar la situación
Tras recibir una notificación de la multa, se deben leer detenidamente los hechos alegados y aceptar la sanción si se confirman los mismos. Si no se ha detectado ninguna irregularidad en la emisión de la multa, la única opción es asumir el importe de la misma o intentar acogerse a la reducción prevista, o bien presentar una reclamación administrativa.
Es importante destacar que no todas las sanciones pueden ser recurridas y eso es algo que conviene conocer antes de intentar realizar una reclamación. Algunos ejemplos de sanciones que no tienen cabida para la apelación son las velocidades superiores excesivas, el exceso de bebidas alcohólicas o un alcoholemia superior a unos 0,6 mg/L de alcohol en aire espirado.
