Desde prácticamente sus orígenes, Alfa Romeo ha sido una marca automovilística emblemática, conocida por su pasión por la competición y el diseño de automóviles excepcionales. Esta obsesión por lograr el máximo rendimiento en motores y chasis ha dado lugar a la creación de dos modelos que celebran su centenario: el Alfa Romeo RM y el P1.
Alfa Romeo RM, obra maestra del diseño
El Alfa Romeo RM, comercializado entre 1923 y 1925, fue un verdadero hito en la historia de la marca. Se trató de un espectacular torpedo de dos plazas diseñado como una versión más compacta pero más rápida que su predecesor, el Alfa Romeo RL, a pesar de contar con un motor de menor cilindrada. Su diseño era una obra maestra, con un chasis modificado a partir del RL, reduciendo la distancia entre ejes y convirtiéndolo en un atractivo descapotable de dos plazas.
Este automóvil destacaba por sus detalles elegantes, como faros delanteros eléctricos, un radiador vertical y abombado, tapicería de cuero, paneles de madera en las puertas y un salpicadero plano y metálico. Cuando debutó en el Salón del Automóvil de París en 1923, causó sensación. Su rendimiento no se quedó atrás: en la Coupe des Alpes de ese mismo año, logró un impresionante cuarto puesto, demostrando su potencial en las carreras.
Alfa Romeo RM: 40 CV y 90 km/h
Bajo el capó, el Alfa Romeo RM albergaba un motor de cuatro cilindros en línea, que, a pesar de parecer inferior al del RL, generaba 40 CV de potencia y alcanzaba una velocidad máxima de 90 Km/h. En las versiones posteriores, estas cifras aumentaron a 48 CV y 100 Km/h, lo que hizo de este modelo un automóvil de alto rendimiento para su época.
En total, se produjeron 500 unidades del Alfa Romeo RM entre 1923 y 1925, disponibles en tres versiones: Normal, Sport y Unificato, la de mayores prestaciones. Algunas unidades experimentaron con tracción total sobre nieve al equiparse con orugas en el eje trasero, un precursor de los modernos SUV (prueba del Tonale híbrido enchufable) y todoterrenos.
Alfa Romeo P1, genética de carreras
Por otro lado, el Alfa Romeo P1 también celebra su centenario en la marca italiana. Fue el primer automóvil desarrollado por el fabricante transalpino específicamente para competir en la categoría reina de los deportes de motor en su época: esta no era otra que los Grandes Premios.
Este bólido fue diseñado por Giuseppe Merosi y contaba con un motor de seis cilindros que generaba 95 CV y alcanzaba una velocidad punta de 180 Km/h. Sin embargo, el P1 no habría alcanzado su estatus legendario sin las mejoras aportadas por el ingeniero Vittorio Jano, quien fue contratado por Enzo Ferrari, y la ayuda del ‘Quadrifoglio’ como símbolo de buena suerte.
Gracias a estas mejoras, el Alfa Romeo P1 se convirtió en la base para transformar a la escudería Alfa Romeo en uno de los equipos más temibles de las competiciones de Grand Prix hasta principios de los años 50. Su legado perdura como una muestra del compromiso y la pasión de Alfa Romeo por la competición automovilística.
Estos dos automóviles, el Alfa Romeo RM y el P1, son testimonios del espíritu inquebrantable de la marca italiana por la innovación, el diseño y la búsqueda incansable de la excelencia en la competición automovilística.
A lo largo de un siglo, Alfa Romeo ha dejado una huella imborrable en el mundo del automovilismo y continúa inspirando a entusiastas y aficionados de todo el mundo. Su legado es un recordatorio de que la pasión y la dedicación pueden llevar a la creación de automóviles excepcionales que resisten la prueba del tiempo.
